Hoy nos acercamos a cenar a una sidrería del barrio de Montevil, La Tonada. Existe otra de mismo nombre en la guía, de la cual os hablamos hace tiempo en otra entrada.
Esta sidrería, está en la calle Ramón Areces 30, y dispone de un comedor amplio, además de las mesas en la zona de barra, y de una terraza cerrada.
Éramos un grupo grande, de 16 personas, por lo que, y ante el ofrecimiento del camarero, optamos por dejarnos orientar por él, comentándonos que con su propuesta saldríamos mejor que pidiendo de picoteo. Nos ofreció la posibilidad de tomar un par de entrantes, pastel de cabracho y calamares frescos, y luego parrillada de carne mixta, que incluye, costilla, criollo, matachana, brocheta de pollo, churrasco, picaña y secreto, así que así lo hicimos.
Todo bastante bien, de sabor correcto, nada destacable, pero bien. La parrillada viene acompañada de ensalada y de varias salsas, chimichurri, barbacoa, cebolla y picante. El chimichurri, pase, pero las otras tres, bastante malas de sabor.
El caso es que nos sirvieron cuatro raciones de calamares, cuatro de pastel, cuatro de ensaladas, pero nos llegaron con cinco parrilladas de carne. Nuestra sorpresa, fue bastante grande, ya que resultada ridículo, servir cinco parrilladas de carne para 16 personas, habiendo servido previamente dos entrante, y viendo el tamaño de las raciones. Cuando lo comentamos con el responsable, nos dijo que la parrillada era para tres personas, por lo que puso cinco parrillas. Aun así le comentamos que si un cliente se fía del criterio del responsable para servirte, sin conocer el tamaño de las raciones, no puede ser que te quieran servir una cantidad de comida ingente, y fuera de todo sentido. Además en todo momento sirvieron cuatro raciones de cada plato, con lo que tendría sentido que las parrilladas fueran también cuatro. Después de comentárselo, retiraron la parrilla y no hubo mayor problema.
Con agua, varias cervezas, y sidra de Trabanco selección, y algunos postres, la cuenta fue de 26 euros. A los cafes y chupitos nos invitaron.
La relación calidad precio me parece mala, ya que por mucho calamar fresco que tomes o mucha parrillada, el precio que pagamos fue muy alto, y eso que te invitan a cafés y que solo tomaron ocho postres, porque de otra forma la cuenta podría ser para enmarcar