No sé si es culpa de nuestra desastrosa programación televisiva o de que la historia, particularmente la nuestra y especialmente la culinaria nos la trae floja y pendulona.
Por eso cuando el otro día leí en el periódico que Canal Historia y Canal Cocina estrenaban conjuntamente un documental sobre una recreación de la Última Cena, fui corriendo al ordenador para buscar información. Me encontré con esto:
"Sabemos quiénes fueron los invitados y el día que se celebró. Pero ¿qué cenaron Jesucristo y sus doce apóstoles en la última cena?"
Obviando la apertura de brazos mesiánica, el anuncio te deja con el intríngulis de saber el menú de la Última Cena, ¿verdad? Un experto en historia de la gastronomía y tal. Pintaba bien, o medio bien, porque yo ya no me fío de nada. Hice bien.
Una búsqueda más profunda me llevó a la noticia desarrollada: para que os enteréis, el programa se supone que habla de las bases históricas del menú de Jesús y los apóstoles, y reta a Ramón Freixa y Paco Roncero a recrearlo. Hasta aquí, ok. El que presenta y aporta la información histórica es Miguel Ángel Almodóvar, un señor al que yo hasta ahora tenía en el limbo de las personas sin cara y resulta que era colaborador de María Teresa Campos.
Almodóvar, aparte de ser sociólogo, actor, guionista, locutor de radio, profesor de criminología y muchas cosas más, ha escrito un par de libros interesantes sobre la historia de la cocina que tengo en mi estantería: "La cocina del Cid" y "Yantares de cuando la electricidad acabó con las mulas". No es que sean lo más pero son bastante dignos. Lo raro es que se haga llamar paleogastrónomo, cuando la paleogastronomía no existe. Hay estudios sobre los hábitos alimenticios del paleolítico, e incluso una dieta paleo, pero imagino que quería decir que investiga la gastronomía desde un punto de vista histórico. Y #paleogastrónomo le debe de sonar chachi.
La sorpresa llega cuando a pesar de incidir en que el citado programa tiene el rigor histórico como bandera, no trata de investigar qué comieron 13 señores aquel día de hace casi dos mil años, ni de enseñar una receta fiel. Qué va. De lo que va es de decir en tres frases lo que Almodóvar piensa que tuvo Jesucristo de menú y en reinterpretarlo, modernizarlo, actualizarlo a lo s. XXI "logrando un original producto televisivo con propuestas culinarias únicas y donde Ramón Freixa y Paco Roncero derrochan la creatividad que les caracteriza, demostrando que la cocina puede alcanzar sin duda la categoría de arte".
O sea, hacer un poco lo que te salga de la pepitilla, porque el arte lo permite todo. No pasa nada por incluir ingredientes que no existían en la Palestina del s. I, como el chocolate (chocolate a cascoporro, blanco y negro, de postre en las propuestas de ambos chefs), el maíz, las coles de Bruselas, el bacalao o la lamprea. Lo del chocolate y el maíz es especialmente sangrante porque creo que todo hijo de vecino sabe que son productos originarios de América. Pero da igual, lo importante es crear.
Sobre la cuestión verdaderamente histórica del asunto, Almodóvar dice esto:
Recrear una cena que tuvo lugar hace más de 2.000 años no es sencillo, sin embargo los expertos se basan en los textos y las costumbres de la época. «Lo más probable es que en aquella cena se sirviera pan ácimo, sin levadura; ensalada de hierbas amargas, que simbolizan la vida; y cordero asado, el plato fundamental de la Pascua, no faltaría la trucha de río y el 'jaroset', «una compota de higos que representa el barro que los judíos usaban para construir ladrillos en Egipto».Vaya. Tampoco es muy difícil elucubrar eso. La Biblia dice que la Última Cena se hizo en «el día de la fiesta de los panes sin levadura, en que debía sacrificarse el cordero de la Pascua». Con un poquito de google y wikipedia se aprende enseguida que debió ser la primera noche del Pésaj o Pascua judía, cuando se rememora la liberación de los esclavos hebreos de Egipto. En esa fecha se lleva a cabo el Séder de Pésaj, una cena ritual que marca el inicio de la pascua en la que se celebra la liberación de los judíos y se comen unos alimentos concretos en un orden establecido.
No se puede saber exactamente si la Última Cena fue un séder, ni siquiera si hace dos mil años las leyes y costumbres judías eran iguales a las de ahora. Pero es probable que se parezcan mucho, y los alimentos simbólicos que se comen en el séder son pan ácimo sin levadura (matzah), hierbas amargas, cordero o ave asados, huevo cocido, jaroset y vino. ¡Oh! Nuestro experto paleogastrónomo se debió de quedar exhausto de tanto investigar. Lo de incluir pescado de agua dulce en el menú de Jesús es normal porque era más habitual y barato que el cordero, si pensamos además que los apóstoles predicaban la humildad, la pobreza, y algunos eran pescadores.
Aquí el programa entero para que os quedéis picuetos:
Este menú tan rigurosamente fiel podrá degustarse en las cartas de los restaurantes de Roncero y Freixa, 'Freixa Madrid' y 'La terraza del casino', del 3 al 12 de abril. El programa era muy necesario porque la alta/moderna/artística cocina casi casi no sale en la tele y total, estamos todos hartos de aprender sobre cultura, historia y tradición.
propuesta de Roncero para la recrear la Última Cena, con su maiz y su chocolatito.
Por si os interesa, este fin de semana intentaré (ya me ha picado la curiosidad) hacer en casa jaroset y matzo, si es que no cae algo más. Con recetas sefardíes e intentando ser fiel a la idea de una cena hace 2.000 años. Y sin ser paleogastrónoma.