Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos
Aunque la película ha causado controversia por esto, el sexo es secundario, el verdadero placer es la vida de Adele que da título a la película. Adele a cada instante vive con intensidad mientras es inocente de la sensualidad que emana. Con detalle vemos el crecimiento de la protagonista de niña a mujer, su irremediable e irrenunciable amor que tanto le duele como le favorece. Para mí esta es una de las mejores historias de amor del cine y sobre todo es un canto a la vida de todos llena de sorpresa, miedo, amor, expectativas y esperanza. Yo me quedo con Adèle por siempre, me enamora su capacidad de ser ella misma. El resultado es una película inolvidable, un canto a la libertad, aunque en la realización las protagonistas hayan vivido un infierno en el proceso gracias al método sádico y exigente del director Abdellatif Kechiche, muy común en grandes realizadores que buscan sacar lo máximo de sus actores y actrices con métodos muchas veces, non sanctos. PARA RECORDAR.