Un libro que narra una historia un tanto inquietante, “La víspera de casi todo“, a pesar de haber sido premiada hace tres años con el Premio Nadal, esta novela está acumulando lectores en ambos extremos, los que han quedado decepcionados y los que quedaron encantados.
No es una novela policíaca, pero se inicia con un asesinato, un agente de la policía y una paciente, quien se encuentra postrada en una cama, sin poder recordar cómo llegó hasta ese lugar. Se van introduciendo personajes, complejos y un poco oscuros, mientras el autor nos conduce entre el pasado y el presente para exponernos sus historias.
Termines odiando o amando este libro, sin duda alguna, te enfrentarás a una trama misteriosa que no te dejará indiferente. Descripciones exhaustivas que te sumergirán dentro de la narración y despertarán sentimientos, aunque por momentos es probable que te puedas sentir agobiada por tanta falta de luz en muchos de sus personajes.Al final cada quién interpreta la historia según su propia experiencia, aunque se puede considerar como un libro que nos invita a reflexionar sobre cuánto pesa el pasado en los seres humanos, cómo influye en nuestro presente y todo lo que es capaz de hacernos sentir, cuando se complica el desprendernos de él.
Por último, si ya conoces al autor, lo mejor que puedes hacer en esta oportunidad, es leer “La víspera de casi todo” sin compararla en ningún aspecto con sus libros anteriores. Ten presente que con esta novela se puede llegar a sentir angustia y dolor, con un carácter humano determinante que no te permitirá agilizar la lectura, aunque así lo quieras.
Germinal Ibarra es un policía desencantado al que persiguen los rumores y su propia conciencia. Hace tres años que decidió arrastrar su melancolía hasta una comisaría de La Coruña, donde pidió el traslado después de que la resolución del sonado caso del asesinato de la pequeña Amanda lo convirtiera en el héroe que él nunca quiso ni sintió ser. Pero el refugio y anonimato que Germinal creía haber conseguido queda truncado cuando una noche lo reclama una mujer ingresada en el hospital con contusiones que muestran una gran violencia. Una misteriosa mujer llamada Paola que intenta huir de sus propios fantasmas ha aparecido hace tres meses en el lugar más recóndito de la costa gallega. Allí se instala como huésped en casa de Dolores, de alma sensible y torturada, que acaba acogiéndola sin demasiadas preguntas y la introduce en el círculo que alivia su soledad. El cruce de estas dos historias en el tiempo se convierte en un mar con dos barcos enrumbo de colisión que irán avanzando sin escapatoria posible.