Debido a su actividad antioxidante, la vitamina E es ensalzada como uno de los principales protectores del corazón y las arterias.
Las personas con altos niveles de esta vitamina en la sangre tienen menos probabilidades de sufrir de arritmia, angina o ataques cardíacos.
La vitamina E, a diferencia de la C y del betacaroteno, es soluble en grasa y, por lo tanto, contribuye a proteger las moléculas lípidas contra el daño oxidativo promotor de las enfermedades.
Por ejemplo, la vitamina E es un enemigo temible de las reacciones en cadena de los radicales libres, las cuales desgarran las células, oxidando sus membranas.
La presencia de la vitamina E puede detener estas catastróficas reacciones en cadena. Recomiendo leer el articulo (la vitamina C antioxidante de altisimo poder)
La vitamina E actúa como un pequeño extintor de incendios en la membrana de la célula”, dice Joe McCord, especialista en antioxidantes que trabaja en la Universidad de Colorado.