Revista Arte

Las Ánimas de Bernini. Arte en Roma para la corte española

Por Alejandra De Argos @ArgosDe

«El mundo no es más que una comedia»

 

 

Bernini Autorretrato El Prado
 

 

Esta era la visión de la vida que tenía el artista a quien El Prado ha hecho un hueco especial en sus salas, y que llega a este museo por primera vez, en la mayor exposición dedicada a él en nuestro país.
Bernini fue el artista más grande y polifacético del Barroco. Era escultor, arquitecto, pintor, diseñador de fuentes y de fiestas. Pero lo que nunca imaginó es que también sería instrumento diplomático para la corte española. La compleja situación de la corona hizo que Felipe IV se sirviera de su arte para buscar una mayor presencia en Roma, a través de la financiación de sus obras y mediante numerosos encargos, tanto para las basílicas más simbólicas de la Ciudad Eterna, como para El Escorial o el Real Alcázar de Madrid. Y eso, precisamente, es lo que recoge esta exposición, la relación de Bernini con España y la evolución de su obra durante aquellos complicados años.

 

 

Bernini Anima beata
   
Bernini Anima dannata
 

 

Dividida en tres secciones, El Prado nos muestra tres facetas de la obra del artista: Retratos del alma, donde veremos la habilidad y genialidad del escultor para trasladar a la piedra los estados de ánimo del alma humana; Roma teatro de las naciones, que recoge los proyectos más interesantes de Bernini en su labor propagandística de la corona española; y, finalmente, El último Bernini, que nos presenta su época más difícil, de obras inacabadas, de críticas llegadas de París, pero también, de una relación más estrecha con la corona española, especialmente con Carlos II.
A través de obras como Anima beata o Anima dannata, el artista refleja distintos estados del alma humana en los rostros de estos bustos, del mismo modo que lo hace en la escultura que realizó para Santa María de la Vittoria, El éxtasis de Santa Teresa, al tiempo que contribuye a la propaganda de la monarquía española. Y ya en sus últimos años, alejado un poco de Roma, pero más ligado a la corona de España, Bernini realiza varias esculturas ecuestres del monarca Carlos II.

 

 

Bernini Extasis de Santa Teresa
 

 

Bernini fue innovador, valiente y luchador, tanto a través de sus esculturas como de sus dibujos, libros y apuntes. Lo mismo podía criticar la demolición del campanario que había diseñado para el Vaticano, mediante un dibujo, como ocurre en La verdad desvelada por el tiempo, que podía, del mismo modo, organizar una actuación teatral para embajadores y grandes hombres.
Según el comisario de la exposición, Delfín Rodríguez, «Bernini convierte Roma en el escenario de sus nuevas propuestas (…), pero a la vez adquiere un papel de director de escena en momentos políticos cambiantes, intercediendo entre los intereses de los prelados y de las naciones». Y ahí está su relación con España.

 

 

Bernini Escultura ecuestre Carlos II
   
Bernini Scipione Borghese
 

 

Su perfeccionismo, su valentía y su fortaleza se reúnen en El Prado a través de dibujos, planos y diversos documentos que nos acercarán a un nuevo Bernini.


Las Ánimas de Bernini. Arte en Roma para la corte española
Museo Nacional del Prado
Del 6 de noviembre de 2014 al 8 de febrero de 2015


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