Ají. Fortalece el sistema de disolución de los coágulos, despeja los senos nasales y las vías respiratorias, adelgaza el moco pulmonar, tiene efectos expectorantes y descongestionantes, ayuda a prevenir la bronquitis, el enfisema y las úlceras gástricas.
La actividad farmacológica del ají se atribuye principalmente a la capsicina (del latín “morder”), el compuesto que da al ají su sabor picante.
La capsicina también es un analgésico potente y alivia el dolor de cabeza, si se aplica en forma de inhalación, y el dolor articular, si se aplica en forma de inyección.
La páprika picante hecha a base de ají es rica en aspirina natural. Recomiendo leer el articulo (las maravillas del aceite de olivo y del aguacate)
Tiene actividad antibacteriana y antioxidante. La comida aliñada con salsa de ají picante acelera el metabolismo y ayuda a quemar calorías.
Contrariamente a la creencia popular, el ají no daña el revestimiento del estómago y tampoco promueve las úlceras.