Para mí uno de los fenómenos más notables del calendario natural del año lo constituye la llegada de las primeras mariposas carderas Vanessa cardui. Y ello es así porque es ésta la mariposa con las migraciones más largas del mundo. Dentro de sus movimientos migratorios los primeros adultos suelen presentarse en Asturias en primavera. Este año pude ver el primer ejemplar en abril y el segundo el pasado fin de semana en Verdicio, libando de forma muy activa. Este hecho y lo desgastado de su coloración me dicen sin duda que llegaba de un largo viaje.
Es frecuente comparar las migraciones de los insectos con aquellas que conocemos mejor, que son las de las aves, pero esto es un error. En los insectos nos encontramos con casos muy diferentes, que vienen marcados por una larga trayectoria evolutiva. En el de la cardera se llega prácticamente a un ejemplo extremo, ya que en cada ciclo anual están implicadas nada menos que 6 o 7 generaciones. Entre el invierno y el verano se produce una progresiva colonización hacia el norte, llegando en pleno verano a las proximidades del círculo polar, y llegado el otoño tiene lugar un repliegue hacia el sur, hasta el borde de la selva tropical. En total, buena parte del Hemisferio Norte, casi 7.000 km. Se puede ver esta progresión en el siguiente gráfico extraído de este interesante artículo.
En Asturias, como digo, los primeros ejemplares se ven en abril, pero la mayoría llegan en mayo. De las mariposas que arriban ahora, algunas seguirán migración hacia el oeste de Europa, pero otras elegirán quedarse aquí con el fin de producir una nueva generación, que emerge normalmente a comienzos del verano. De esa nueva generación muchas intentarán un salto al lejano norte, hasta llegar al extremo de su viaje. Allí les espera una naturaleza exuberante, plagada de recursos abundantes pero efímeros que explican en buena parte el comportamiento migratorio de esta especie.