Revista Arte
Desbautizar el mundo,sacrificar el nombre de las cosaspara ganar su presencia.
El mundo es un llamado desnudo,una voz y no un nombre,una voz con su propio eco a cuestas.
Y la palabra del hombre es una parte de esa voz,no una señal con el dedo,ni un rótulo de archivo,ni un perfil de diccionario,ni una cédula de identidad sonora,ni un banderín indicativode la topografía del abismo.
El oficio de la palabra,más allá de la pequeña miseriay la pequeña ternura de designar esto o aquello,es un acto de amor: crear presencia.
El oficio de la palabraes la posibilidad de que el mundo diga al mundo,la posibilidad de que el mundo diga al hombre.
La palabra: ese cuerpo hacia todo. La palabra: esos ojos abiertos.
R. Juarroz
Nos cruzamos -virtualmente, ya que en persona no nos conocemos- por primera vez allá por el 2012 en Twitter.
Ella me hizo un comentario sobre uno de los primeros posts del blog, el de la eco 4D, creo que el único con alguna temática vinculada a mi experiencia en relación a la maternidad.
"Crío en compota" fue la genial expresión que usó, y me hizo reír mucho. Tenía (y tiene) un blog en el que comenzó a relatar sus experiencias como madre.
Muy a pesar de eso (no soy para nada lectora de ese tipo de blogs), la empecé a leer.
Y a seguir en Twitter, donde a veces intercambiamos algún comentario ácido sobre el nodormirdelasmadres, o sobre algún libro preferido, o acerca de alguna otra cosa.
Sé que es fana de mi frase "el inconsciente es una cosa hermosa", y que más de una vez la ha repetido como un mantra.
Con el tiempo, y al leerla en su blog, me dí cuenta que había algo que trascendía la temática "maternal", y era, justamente, su forma de escribir, de contar las cosas, de relatar lo cotidiano.
De relatarse.
Poniendo palabras para nombrarse como madre, para ubicarse en un nuevo pueblito, para poner -literalmente- el cuerpo en situaciones límites y complejas.
Mostrando lo que le va aconteciendo, pero no a la manera impúdica de un reality, sino a través del maravilloso velo de la escritura.
"Me deshice en palabras, me levanté en palabras" "y sané de todas las formas posibles", dice ella.
Más de una vez, me encontré leyéndola sorprendida: ¿cómo puede escribir esto que le pasa de esta manera? ¡Qué desgraciada! (ayer me enteré que ese epíteto le gusta, así que lo dejo).
Lo que no sabía era que, mientras tanto, en otra escena virtual, se estaba produciendo un intercambio de mails interesantísimo con Josefina Licitra, editora de la revista Orsai, la de Hernán Casciari.
Y eso es lo que les vengo a recomendar que lean.
El intercambio de mails entre Ángeles (la del crío en compota) y Josefina, que salió publicado, justito en el estribo de la última Orsai (ojo,que la historia además incluye OVNIS en La Pampa).
El artículo: "Las cartas de Thelma y Louise" está en la página 63, pero de yapa va toda la revista, ACÁ.
En fin, una linda historia, testimonio de que en Twitter no todo es superficialidad, falta de contenido y boludeces varias.
Hay de todo eso, pero también está la posibilidad de cruzarse (detrás de los 140 caracteres) con personas e historias interesantes y valiosas.
Le dice Josefina en uno de los mails: "a mal puerto has venido a separar vida de escritura. Uno es escritura.".
Y ahí, en ese intercambio entre estas dos mujeres, nosotros, los lectores, podemos ser partícipes y testigos del maravilloso poder de la palabra -escrita, en este caso- que nombra, alivia, libera y crea.