Revista Belleza

Las ciudades y el tiempo

Por Itwoman

Hoy estaba escuchando a una compañera (bastante pedante ella, la verdad) sobre la ciudad de Florencia. Hablaba como si fuera nativa de allí y pisara sus calles cada mañana para venir a Cádiz a trabajar. Le preguntaron: ¿Cuánto tiempo hace que fuiste? Y ella contestó: En el año 92 (o sea hace 22 años). Pasmada estoy. No por nada, sino porque me quedé con ganas de preguntarle: ¿Tú cómo estabas hace 22 años?, igual que ahora no. Seguro. Pues lo mismo pasa con las ciudades. Cambian, evolucionan, se hacen mayores con mayor o menor dignidad.

Por supuesto que las obras de arte, los monumentos y todo eso no cambian (aunque los restauran y limpian con mayor o menor acierto) y en eso Florencia es inigualable. Pero si pienso en mi ciudad hace 22 años y pienso en cómo era yo hace el mismo tiempo… uf uf uf. Mejor lo dejo, ¡pero qué mona era!.

Por él no pasan los años...

Por él no pasan los años…

Había pensado incluir algún post sobre ciudades o países que visité hace tiempo por aquello de dar información y ya no lo pienso hacer. De hecho me da hasta un poco de reparo haber hablado de ciudades que he visitado. A ver si alguien lo lee dentro de unos años y no tiene nada que ver la ciudad en cuestión con lo que yo escribí. Aunque eso me parece algo pretencioso, porque a ver quien lee esto dentro de unos años que vete a saber que habrá pasado. Que esto es Internet y es la aldea global (o sea como una ciudad). Vamos que voy a seguir contando lo que me dé la gana, en plan Lonely Planet de andar por casa.

Siempre tendré algo que contar de Londres

Siempre tendré algo que contar de Londres

Cuando voy a una ciudad de turismo siento una pena extraña al partir. Porque probablemente no vuelva, no se puede estar siempre repitiendo sitios que no hay tiempo ni dinero. Pienso que la ciudad que tanto me ha gustado seguirá ahí, cambiando, creciendo y ya no lo veré.

Siempre me quedará Cádiz, que es una ciudad experta en eso, que lleva 3000 años ahí en la lucha como ciudad. Estoy muy orgullosa de mi ciudad y de lo antigua que es. Que aquí escarbas y sale una taza fenicia, que no se parecen nada a las del Primark tan preciosas, pero son tazas de todas formas.

Taza navideña del Primark, Cádiz, sol en diciembre.

Taza navideña del Primark, Cádiz, sol en diciembre.

No se puede estar en todos sitios a todas horas. Que ubicua no soy todavía, aunque creo que tarde o temprano lo conseguiré. Hay que tener paciencia.

La vida es evolución, afortunadamente. Para mejor, para peor o para regular. Pero evolución al fin y al cabo. Sigo pensando en cómo era hace 22 años y he llegado a la conclusión de que ahora estoy mejor, con las ideas más claras, más tranquila y más elegante. Ea. Lo de las (dos) arrugas tampoco está mal, que se note que he vivido. Y en eso estamos y estaremos, las dos, Cádiz y yo. Si ni Napoleón pudo con nosotros, bueno con Cádiz que yo no había nacido.

Cádiz

Cádiz

P.D.: Aprovecho para recomendaros que si tenéis libre un fin de semana os vengáis a Cádiz. Que aquí se vive muy bien. De visita, porque para trabajar no lo recomiendo. Que todo hay que decirlo.


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