Revista Cine
Aquí pensaban seguir ganando el ciento por ciento
con casas de apartamentos y echar al pueblo a sufrir
Y seguir de modo cruel contra el pueblo conspirando
para seguirlo explotando... y en eso llegó Fidel
Aquí pensaban seguir tragando y tragando tierra
sin sospechar que en la Sierra se alumbraba el porvenir
Y seguir de modo cruel la costumbre del delito
hacer de Cuba un garito... y en eso llegó Fidel
Se acabó la diversión,
llegó el Comandante
y mandó a parar
Carlos Puebla
El mundo de Cuba cambió de un año nuevo a otro, cuando ese primero de Enero, Fulgencio Batista entrega el poder a su sucesor constitucional, pese a tanta ceremonia, Cuba cambiaría radicalmente tanto así que ser millonario sería ser enemigo de la patria. Por lo que muchos de ellos por miedo comenzaron a tomar sus maletas y tomar el famoso vuelo 422 que partía de La Habana hasta Miami para huir del marxismo.
En el lecho de muerte una señora se confiesa con un cura (René Sánchez) sus pecados, pero entre todo también le dice un secreto. Después entra Hipólito Garrigó (Enrique Santiesteban) el yerno entre balbuceos le confiesa la verdad. Los diamantes que buscaban ellas los escondió en una de las sillas de su casa de La Habana. El problema es que con el ascenso de la Revolución la casa fue consfiscada y no es tan fácil recuperar los brillantes, así todo Hipólito está empecinado en recuperar la gloria de su familia... o lo queda de ella en la isla. Al llegar a la casa ahora convertida en un asilo de ancianos en la que aún sigue trabajando Oscar (Reinaldo Miravalles) uno de los empleados de don Hipólito.
El reeencuentro entre patrón y trabajador ahora en la nueva etapa es especial, Oscar aún lo respeta pese a que ya no tienen el mismo trato servil de antaño. Pese a ello el cariño y la solidaridad le ayudan a que su ex jefe busque las sillas que parecen tener valor sentimental. En la casa queda una silla pero que hace unos pocos momentos fue robada de la casa, ahí descubre Hipólito que no es el único que busca las sillas, el cura confesor también estaba detras de ellas. Así comienza una carrera intensa en busca de los diamantes dentro de las sillas, desde el ministerio, remates, hospitales y otras casas. Oscar tratando de colocar la cordura de los nuevos tiempos de Cuba acompaña a don Hipólito en la recuperación antirevolucionaria del último suspiro de la propiedad privada.
En esos días que en Cuba se acababa la diversión, al son de las Canciones de Carlos Puebla, las ilusiones de una nueva independencia se peleaban en una silla, la avaricia era capaz de hacer meterse a alguien en una jaula de leones, robar y mentir; del mismo modo como el pueblo viajaba en los camiones, hacía las zafras en comunidad y escuchaba los largos discursos en contra del imperialismo. Ahora que la pinturas de La Habana se han ido descascarando y la revolución parece un estado parejo y casi utópico, la búsqueda de las doce sillas podría ser considerado uno de los últimos actos reaccionarios de la burguesía contra un nuevo modelo de los barbudos de verde olivo.
Saludos a todos.
Bonus Tracks
1.- Película en IMDB
2.- Comentarios en Filmaffinity
3.- Las doce sillas en Wikipedia
4.- Trailer
5.- Película completa