Revista Opinión

Las dos novias de Fumanchú

Publicado el 22 enero 2011 por Crítica
Las dos novias de FumanchúÚltimamente me hace bastante gracia una actitud muy extendida de admiración hacia los logros de China. Que conste que soy el primero en disfrutar con lo retro; a mí me gustan las películas de Alfredo Landa como al que más: ‘Cateto a babor’, ‘Vente a Alemania, Pepe’, etc., pero entendidas en su contexto. Lo que me molesta es que me pretendan vender esas mismas películas como el nuevo paradigma cinematográfico para los próximos 50 años. Siguiendo con esta metáfora, China es hoy una españolada de los años 60. China no pasaría de ser un decorado de películas de destape. Para China una película de Jackie Chang de los noventa es ciencia ficción.
Sin embargo, voy por mi ciudad, oigo esos comentarios tan paletos como admirativos hacia los chinos, veo esas actitudes servilonas hacia los que abiertamente ya se da por hecho que van a ser nuestros futuros amos, y reconozco que me molesta, porque al fin y al cabo esos tíos son los buhoneros del siglo XXI; solo son los que nos venden chatarra. ¿Le vas a lamer el culo a un tío que vende palanganas? Por favor. Sé donde hay trescientos gitanos que llevan toda la vida haciendo lo mismo, si quieren les llamo.
Supongo que no me molestaría tanto si, al tiempo que veo como mis paisanos se deshacen ante el buhonero chino, se yerguen como señores ante los norteamericanos. Me reconocerán que no deja de ser paradójico: ¿Al fin y al cabo qué han hecho los norteamericanos para merecer un respeto similar a un chino? Google, Microsoft, Boeing 787… resulta que sólo son palabras. Palanganas, toalleros, radios AM-FM… eso sí que son hechos. Qué curioso que un país que no es capaz de comercializar un simple coche en Europa, se tenga como la esperanza del progreso de la Humanidad.
Pero, claro, China crece al 10% anual ¿Y por qué no al 20% o al 70%? Total, las estadísticas las hace el partido comunista Chino. Sin duda serán tan fiables como las estadísticas de los Gosplan quinquenales soviéticos elaboradas por el Gosbank. El mundo libre parece no querer entender que "comunismo es lo que el partido comunista diga". La NEP de Lenin siendo comercio liberalizado, era comunismo, y era para mayor gloria del comunismo. Lo de China no es "capitalismo" (ver anterior entrada) y aún menos liberalismo: es comunismo puro y duro. El enternecedor pragmatismo de Deng Xiaoping: "Blanco o negro lo importante es que el gato cace ratones" ha degenerado en una búsqueda de los fines del partido comunista chino de una forma maquiavélica y mecanicista. Siendo esos siniestros burócratas octogenarios los dueños del poder absoluto, cualquier aperturismo 'beatnik' de la sociedad china de hoy es el aire fresco de la rueda de una bicicleta aparcada en el morro de un tanque.
China vive un plan de desarrollo, como podría ser el de la República Democrática Alemana en los 80. Entonces, la RDA presentaba cifras que la colocaban en la décima potencia mundial. Esto se hacía con el fin de presentar un éxito socialista equiparable al de la Alemania Federal. La URSS aparecía como la segunda tras los EEUU, como hoy lo hace China. Qué ridículo parece hoy aquello, y especialmente para aquellos que siempre adivinan a posteriori. Los mismos que niega que la propaganda comunista haya podido crear una fachada construida a costa de las propias contradicciones económicas y políticas del Pais.
Lamentablemente el trastero de China es inmensamente grande, opaco y miserable. Ese trastero parece servir para proyectar esa otra imagen de éxito de cartón piedra. Las que no son de cartón piedra, son las aspiraciones expansionistas cimentadas en su militarismo ni su desprecio por los derechos humanos. Tarde o temprano sus empujones hacia fuera (Nepal, Corea del Norte, Taiwan) molestarán a alguien que no esté dispuesto a dejarse pisar. 
Las dos novias de FumanchúClaro que no estoy hablando de España. Uno empieza a entender el miedo que le tenían en el Medievo a las ‘conjunciones planetarias’, no hay como probar los efectos las supersticiones en primera persona para hacerte un creyente. China manda al número dos  Li Keqiang a repartir instrucciones a Zapatero, mientras su número uno se pavonea por los EEUU. Alguien debería decirle a la Ministra de Sanidad que hay planetas y planetas. No deja de ser sintomático que el números dos Li Keqiang sea el alto burócrata chino especializado en gobiernos ‘socialistas trasnochados’; como el español o el venezolano (http://espanol.cntv.cn/20101204/103462.shtml).
Así es; España no es el único país del mundo que se pirra por el buhonero chino. Venezuela es una de las novias de Fumanchú más enamoradas. Sólo hay que ver a su presidente revendiendo los cachivaches chinos como si vinieran de una civilización extraterrestre que hubiera inventado el sacacorchos:
China no va  ayudar a su novia España, como no va a ayudar a su concubina Venezuela. Zapatero, que en esencia es un petimetre, se derrite pensando que China le va a financiar su magno proyecto para ‘librar de la caspa’ a España, que nos está costando más dinero de lo que costó la Guerra de Cuba; y con idénticos resultados. ¿Pero qué significa en términos coloquiales la claudicación del actual gobierno? Pues que nos estamos endeudando con el buhonero durante decenios para pagar los próximos sueldos a los millones de inútiles funcionarios y semifuncionarios nombrados a dedo por los socialistas; o como ellos lo llaman: "el estado del bienestar". Creo que no es necesario ser más gráfico. España se endeuda con el ‘todo a cien’ chino y al final lo que cobre será para comprarle su basura ‘Jayer’ a precios SuperZP.
Hay otro elemento desasosegante en las clausulas escritas al limón del pacto Keqiang –Zapatero, y es que treinta años de esfuerzo en investigación y desarrollo pueden a ir a parar a China para hacernos competencia a nosotros mismos dentro de 5 años. El cortoplacismo de Zapatero y su nulo interés por el progreso de España entre las naciones desarrolladas, es sin duda la amenaza más importante a nación española desde que Godoy se fue a  Fonteneblau a vendérsela a Napoleón. España no está sola en el mundo desarrollado y aquí hay mucha tecnología de países capaces de fabricar un coche decente, que han apostado por España. Si vendemos sus secretos industriales, no sólo vamos a estar endeudados con China sino que vamos a estar enfrentados con nuestros propios socios y vecinos. Hoy solo lloramos sobre la leche derramada, entonces mearemos sangre.

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