(Varsovia, 10/09/2010, Reuters/EP)
Las familias de las víctimas que murieron en el accidente de avión el pasado mes de abril en el que también falleció el presidente de Polonia han propuesto que se traslade la cruz que honra a las víctimas al lugar donde sucedió el desastre, en Rusia, para así terminar con la disputa política que existe en torno a este tema.
La sencilla cruz de madera, levantada en frente del Palacio presidencial de Varsovia poco después del accidente del 10 de abril, se ha convertido en el objeto de un enfrentamiento entre las autoridades polacas y los seguidores del presidente fallecido, Lech Kaczynski, que falleció cuando su avión se estrelló en la ciudad rusa de Smolensk con 96 personas a bordo, incluida gran parte de la élite militar y política del país.
Los seguidores de Kaczynski quieren que la cruz se mantenga en su lugar y se han manifestado en contra de los esfuerzos para trasladarla a una iglesia cercana, acusando a las autoridades de no haber mostrado el respeto suficiente a las 96 personas que murieron.
"Podríamos llevar la cruz con nosotros (...) a Smolensk, el lugar del suceso más trágico de la historia contemporánea en Polonia", indicaron las familias de 28 de las víctimas en una carta abierta publicada hoy en el diario 'Gazeta Wyborcza'.
"La cruz permanecería allí para santificar el lugar donde 96 personas murieron trágicamente", añade la carta, dirigida a Anna Komorowska, la mujer del actual presidente, Bronislaw Komorowski. Además, las familias invitaron a ésta a unirse a su "peregrinación" a Smolensk el mes que viene.
El presidente Komorowski ha respaldado con rapidez la iniciativa de las familias. "Estoy en cuerpo y alma con esta iniciativa. Creo que esto puede poner fin a los dramas y conflictos que implican a las familias de las víctimas de la catástrofe", señaló Komorowski.
Las autoridades quieren que la cruz se retire del lugar actual alegando que es hora de poner punto y final a la tragedia y es inapropiado tenerla en un lugar público, mientras que los manifestantes más jóvenes afirman que la cruz, de tres metros, daña el secularismo oficial del Estado polaco.
Después de los enfrentamientos entre "los defensores de la cruz", la Policía y los manifestantes, las autoridades pusieron vallas de metal en el lugar que rodeaba la cruz, levantada en un principio como un símbolo de solidaridad nacional en un momento de duelo.
El accidente sumió a Polonia en un profundo duelo y transformó la zona que rodeaba el Palacio presidencial en una gran santuario al aire libre, con numerosas flores y velas.