De todas las aves acuáticas que invernan en Gozón procedentes de otros lugares, probablemente las que más tiempo aguantan aquí son las garcetas Egretta garzetta. Hoy por la tarde al pasar por la charca de Zeluán con pleamar pude observar un grupo de 11 aves. Estas garcetas llevan un ritmo de vida sencillo, con la marea baja se alimentan en la ensenada de Llodero y con la marea alta reposan en la charca.
En la charca, donde hay muy poco alimento para esta especie, las garcetas aprovechan para reposar y acicalarse el plumaje.
Las garcetas llegan a invernar por lo general en octubre, aunque algunas ya se ven en septiembre, y se van en abril, unas pocas en mayo. Es decir, pasan la mitad del año en su zona de cría y la otra mitad aquí, en sus cuarteles "de invierno". Probablemente proceden de sus áreas de reproducción en el oeste de Europa: Países Bajos, Francia e islas británicas, poblaciones que se han recuperado a partir de los años 90 del siglo XX, justo cuando comenzó a hacerse común como invernante en Asturias.
Es un buen momento para apreciar dos rasgos nupciales de esta especie que se observan durante muy corto espacio de tiempo en Asturias: las patas rojizas (el color más familiar es el amarillo) y las bridas violáceas (normalmente son muy apagadas). Este es un ejemplar que vi a finales de abril de 2012 en Bañugues.