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Las Garras de Lorelei: La enigmática sirena del Rin.

Publicado el 13 junio 2012 por Fantomas
Las Garras de Lorelei: La enigmática sirena del Rin.“Las Garras de Lorelei” (1974), es una cinta de terror del director Amando de Ossorio, la cual está protagonizada por Tony Kendall, Helga Liné, y Silvia Tortosa.

En un pueblecito a las orillas del Rin, los habitantes viven asustados ante las muertes que últimamente, de forma inexplicable, acontecen en la zona. Todo parece indicar que se trata de una fiera proveniente del bosque. Pero algunos no piensan así; algunos consideran que la culpable es Lorelei (Helga Liné), la mítica sirena que vigila el oro del Rin y que ha vuelto de su letargo milenario en búsqueda de sangre.
Las Garras de Lorelei: La enigmática sirena del Rin.
Tras terminar el rodaje de “El Ataque de los Muertos sin Ojos” (1973), Amando de Ossorio comenzó a buscar en el mundo de las leyendas y los mitos la idea que daría vida a su próximo trabajo. Eventualmente encontraría algunas referencias relacionadas a un pináculo rocoso ubicado a orillas del río Rin llamado Lorelei. Debido a que el punto en el que se alza esta roca es una zona particularmente peligrosa y difícil de navegar por su profundidad y fuertes corrientes, muchos marineros perdieron la vida antiguamente en aquel lugar. Lo que le da un aire mayor de misticismo a ese punto en específico, son los extraños sonidos parecidos a un murmullo que provoca el agua al pasar por ahí. Todo esto sirvió como punto de partida para un par de leyendas germánicas, que terminaron siendo plasmadas en poemas, pinturas, canciones, óperas y películas. Una de esas leyendas asegura que el tesoro de los Nibelungos está escondido bajo la roca de Lorelei. La otra, la cual es bastante más conocida y inspiró en gran medida al guión de la cinta que hoy nos ocupa, relata la historia de una doncella llamada Lorelei, quien tras ser traicionada por su enamorado, se lanza del risco convirtiéndose en una criatura acuática cuyo canto lleva a los marineros a su muerte. Una vez terminado el guión, el cual fusionaba ambas leyendas y agregaba algunos elementos habituales del género fantástico, Ossorio rápidamente contrató a la actriz alemana Helga Liné, quien desde 1960 se encontraba radicada en Madrid para el rol de la enigmática y vengativa Lorelei. Con respecto a su participación en el film, en una entrevista reciente, la actriz no solo declaró que Ossorio era un pésimo director y una persona desagradable, sino que además afirmó que la única razón por la que decidió participar en una cinta tan horrible, fue debido a que en aquel entonces, era una madre soltera con dos hijos y tenía que pagar las cuentas de alguna forma. El elenco lo completaría la española Silvia Tortosa y el italiano Tony Kendall, cuyas carreras estuvieron fuertemente ligadas al cine fantástico. Como se trataba de una producción de bajo presupuesto, Ossorio y compañía tuvieron que minimizar algunos costos fabricando artesanalmente los efectos especiales, y utilizando material de otras producciones. Fue así como para evitar filmar en Alemania, se utilizaron algunas de las escenas de un documental titulado “The Castles of the Rhine”, las cuales se ensamblaron con un buen número de tomas que el director rodó en las orillas del río Alberche, el cual no pasa lejos de Madrid, para dar la impresión de la que cinta realmente transcurría en un pequeño pueblo germano ubicado a orillas del Rin.


Las Garras de Lorelei: La enigmática sirena del Rin.
En cuanto a la historia, como ya he mencionado anteriormente, esta transcurre en un pequeño pueblo alemán, el cual está siendo aterrorizado por una serie de macabros asesinatos, en los que el culpable, que se piensa que es una bestia salvaje, le extirpa el corazón a las víctimas. Con el temor de que alguna de las estudiantes que asisten a un pequeño internado ubicado en las cercanías del pueblo se convierta en la próxima víctima, la profesora Elke Ackerman (Silvia Tortosa) contrata los servicios Sirgurd (Tony Kendall) un joven cazador que no tardará en imponer sus reglas y en conquistar a gran parte de las jóvenes que viven en el lugar. Será en una de sus rondas por las cercanías del internado, que Sirgurd encuentra en una cabaña aparentemente abandonada, a una misteriosa mujer con la que rápidamente establece un vínculo inexplicable. No pasará mucho tiempo antes de que él descubra que dicha mujer es nada menos que Lorelei, una criatura marina que cada vez que hay luna llena, sale de su guarida para conseguir corazones humanos para así poder retornar a su sueño milenario, y que ahora se ha empecinado en convertir a Sirgurd en su compañero para toda la eternidad. Desde ese momento, a él no le quedará más remedio que involucrarse en una carrera frenética por detener a Lorelei antes de que esta cumpla su macabra misión.

La trama bien puede dividirse en dos corrientes narrativas; la primera tiene relación directa con el género del horror, y presenta bastantes paralelismos con las historias que tienen a  monstruos como Drácula como protagonistas. Al igual que el famoso vampiro, Lorelei es un monstruo inmortal que solo acecha por las noches a sus víctimas, que por lo general son mujeres jóvenes, y las asesina de forma cruenta arrancándoles el corazón, ya que necesita dicho órgano para poder regresar a su sueño eterno (al igual que Drácula necesita la sangre para sobrevivir). Con el fin de proteger a un grupo determinado de mujeres, Sirgurd se hace asesorar por un profesor llamado Von Lander (Sergio Mendizábal), quien hace las veces de Van Helsing en este relato. Dicho profesor ha dedicado su vida a investigar el mito de Lorelei, lo que lo ha llevado a descubrir que la radiación es capaz de destruirla, razón por la cual ha irradiado una daga que pretende utilizar como arma contra ella. Eventualmente descubriremos que esta no es la única debilidad de Lorelei, ya que además esta no puede permanecer largos periodos de tiempo fuera del agua sin poner en riesgo su vida, tal y como Drácula no puede exponerse al sol sin desafiar a la muerte. Finalmente, siguiendo la lógica de los relatos del reconocido chupasangre, una vez que el héroe de turno logra identificar las debilidades de la "mujer", este concentra sus esfuerzos en encontrar la guarida de la seductora criatura para terminar con la amenaza que esta representa. Por otro lado, la cinta se concentra en el triángulo amoroso que se forma entre Lorelei, Sirgurd y Elke Ackerman. Si bien la relación entre estos dos últimos no comienza de la mejor manera, eventualmente la joven profesora no podrá ocultar sus sentimientos, lo que la convierte en blanco de la furia de Lorelei, quien no está dispuesta a perder a su “amado” nuevamente a manos de otra mujer.


Las Garras de Lorelei: La enigmática sirena del Rin.

En cierta manera, Lorelei es una villana con una historia trágica, lo que por momentos provoca que el espectador empatice en algún grado con ella. Su mayor deseo es encontrar a un hombre que la acompañe por toda la eternidad, pero por motivos obvios, sus enamorados mortales eventualmente fallecen dejándola completamente sola. En el ámbito de las actuaciones, es Helga Liné quien realmente se destaca como la enigmática, seductora, y cruel Lorelei. Si bien la participación de Tony Kendall y Silvia Tortosa realizan una labor relativamente correcta, sus interpretaciones se ven mermadas por una serie de malos diálogos y por situaciones en las que participan que rompen con la atmósfera de suspenso que intenta establecer Ossorio. Por otro lado, resulta ser igualmente irregular la banda sonora compuesta por Antón García Abril, la cual presenta algunos pasajes realmente atmosféricos, mientras que otras piezas musicales parecen haber sido sacadas de una película con una temática completamente diferente. Quizás lo más destacable del aspecto técnico sean el diseño de producción, cuya pulcritud acerca a esta producción por lo menos en el ámbito estético a lo visto en gran parte de las producciones realizadas por la Hammer, y algunos de los efectos especiales creados por Alfredo Segoviano, los cuales resultan ser lo suficientemente efectivos como para otorgarle mayor seriedad a un relato que fácilmente pudo haber caído en la comedia involuntaria por la ineptitud del director.

Amando de Ossorio si bien es conocido por haber creado algunas de las joyas del cine fantástico español de bajo presupuesto, no era precisamente un gran director. La cinta contiene una serie de detalles que impiden que esta sea considerada como una de las obras esenciales del género, pese a que la historia tenía un gran potencial. A ratos el relato carece de cohesión debido a que introduce de golpe a una gran cantidad de personajes los cuales no tienen mayor relevancia en la trama, lo que provoca que la acción se traslade sin control de un lugar a otro, lo que atenta contra el interés del espectador. Además de esto, el film contiene algunas escenas completamente ridículas e innecesarias que como había mencionado antes, atentan con destruir la atmósfera de suspenso y paranoia que Ossorio logra construir en algunos pasajes del relato. Dichas escenas transcurren en su mayoría en el internado, y se concentran en la relación que Sirgurd establece con las jóvenes que residen en el lugar, donde estas últimas hacen todo lo posible por conquistar al galán recién llegado, quien coquetea constantemente con ellas. Más allá de estos factores, hay que reconocer que “Las Garras de Lorelei” es una película entretenida, que presenta una estética hammeriana, unas buenas dosis de gore, una interesante fusión de elementos de diversos géneros narrativos, bellas mujeres, y un encanto que finalmente resulta inexplicable, tan inexplicable como el poder de seducción de Sirgurd, quien provoca que prácticamente todas las mujeres que aparecen en la película se peleen por llamar su atención.


por Fantomas.

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