Nuevas aplicaciones electrónicas y recursos online
Hace unas semanas se dio a conocer que la popular librería online Amazon llegará a España gracias a un acuerdo con la Federación del Gremio de Editores de España (FGEE). Estos le han facilitado el acceso a la base de datos de los trescientos mil libros que se ofertan actualmente en las librerías españolas —una cifra similar a la que manejan Casa del Libro y El Corte Inglés—. Amazon, que ya cuenta con tiendas en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, China y Japón, tiene especial interés en mejorar las ventas del formato electrónico: la distribuidora Libranda no ha obtenido los resultados esperados y no sería de extrañar que la empresa extranjera se llevara el gato al agua. Si todo va según lo previsto, la web podría empezar a funcionar antes de finales de este año 2011.
A propósito de Amazon, recientemente se ha producido un avance a través de Kindle for the Web, una plataforma que permite leer las muestras de los libros disponibles en la librería y que pronto proporcionará la lectura completa de estos. Gracias a este cambio, mejoran las condiciones de su competencia, App Store, y evitan el tener que crear una aplicación nueva. ¿Cómo notarán esto los clientes? En las próximas aplicaciones de Kindle for the Web, además de las funciones previas, los lectores podrán leer libros comprados en la tienda en el navegador, sin descargas ni instalaciones de programas; y los autores y librerías podrán ofrecer las novelas de Kindle desde sus propias páginas, entre otras mejoras. Hablando de Kindle, desde el pasado 6 de marzo se puede adquirir el modelo 3G —el más popular de todos— en las tiendas físicas de AT&T, la misma operadora de iPhone. La mala noticia es que por ahora solo se venderá en Estados Unidos.
Las librerías españolas, por su parte, no piensan quedarse de brazos cruzados ante la llegada de una potente competidora, de modo que en Casa del Libro han empezado a ofrecer un servicio de compra-venta de libros muy similar al de Amazon. Gracias a este sistema, debajo del precio de venta de cada libro aparece la opción de adquirirlo usado por una cantidad menor. Este sistema no tiene cuota mensual para los vendedores particulares (menos de veinte ventas mensuales), aunque deberán abonar los costes de envío y tramitación de los libros vendidos, además del fijado 15% del precio que se lleva Casa del Libro. Los cobros se realizarán mediante transferencia bancaria.
Cambiando de tercio, la industria es consciente del apogeo de las redes sociales y quieren aprovechar su éxito en el formato electrónico. Con este objetivo se ha creado el software SocialBooks, una aplicación que permite a los lectores hacer grupos de lectura y compartir un fragmento del libro en Twitter o Facebook, además de anotaciones personales y otro material sobre el tema (fotos, vídeos). Como su propio nombre indica, se espera que este producto consiga hacer más sociables y atractivos los libros en iPad.
El libro electrónico, un largo camino por recorrer
Mientras que en Estados Unidos ya van por el cuarto año de aceptación total del eBook, Europa sigue a la cola y los estudios señalan a Alemania, España y los países escandinavos como los lugares en los que los editores se muestran reticentes al cambio. Entre los motivos por los que el libro electrónico ha triunfado más fácilmente en el país anglosajón, se destaca la adaptación de la sociedad a las nuevas tecnologías, la cantidad de contenidos disponibles y la competencia e interés de las empresas editoriales por difundir este formato. Los editores independientes españoles, por su parte, culpan a Libranda —plataforma digital de los grandes grupos editoriales— y a la piratería de las escasas ventas en nuestro país. En general, creen que se han cometido errores y no se tendría que ver un enemigo en el libro electrónico, sino un aliado.
El que sí es consciente de la importancia de este nuevo formato es el escritor madrileño Lorenzo Silva, autor de más de treinta obras entre novela, no ficción y literatura infantil y juvenil. Como él mismo dice, no puede luchar contra las descargas ilegales, pero sí puede ofrecer sus títulos por un precio más asequible, y eso es lo que ha hecho. Los encontraréis en la web de Leqtor.com por un coste de entre cuatro y cinco euros cada uno. Al parecer, la idea comenzó cuando algunos lectores se descargaron un libro suyo de forma gratuita y al terminarlo se sintieron tan satisfechos que contactaron con el escritor porque deseaban abonarle dos o tres euros como compensación. Todavía no se pueden cuantificar las descargas de Leqtor.com, pero según la editorial Planeta la iniciativa ha dado muy buenos resultados.
Por otro lado, se sospecha que las editoriales francesas Hachette, Flammarion, Gallimard y Albin Michel podrían haber pactado el precio de sus libros en formato electrónico. Esta práctica va en contra de la ley de la Unión Europea, que prohíbe las acciones contra la competencia, y el presidente de Albin Michel señala a Amazon como la responsable de este movimiento. Entre sus argumentos, declara que la librería tiene su sede en Luxemburgo para no pagar impuestos y que si de ellos dependiera venderían los libros a cualquier precio, como sucede en Amazon Estados Unidos, donde los grandes éxitos están disponibles por unos siete euros. La Comisión Europea ha inspeccionado varias editoriales de diversos países europeos por la misma sospecha, aunque se descarta que alguna española esté involucrada y desde la Federación de Gremios de Editores en España recuerdan que aquí la ley sí que permite que cada editorial fije sus precios, siempre que se ajusten al mercado.
Nueva polémica por el canon digital
SOS. Los escritores reclamamos nuestros derechos es el título de la carta que cuarenta escritores han dirigido a los ministros de Cultura, Industria, Educación, Economía, Vicepresidencia primera y Presidencia. En ella expresan su negativa a la reducción drástica del canon digital (compensación por copia privada de sus libros), ya que eso supondría una disminución de la protección legal, un retroceso del libro español y, en definitiva, les quitaría su parte merecida por ser los creadores de las obras. Comentan, además, que el caso del libro es distinto al de la música y el cine, ya que la maquinaria necesaria para producirlos pertenece a las empresas y administraciones públicas; no es lo mismo que un reproductor de música o vídeo para uso personal. Entre los autores que firman el texto, se encuentran algunos que han escrito LIJ, como Elvira Lindo (Manolito Gafotas) y Rosa Montero (El nido de los sueños).