Revista Ciencia

Lechuza atropellada

Por Pin
En el concejo de Gozón son dos las víctimas más abundantes de atropellos en carretera: por un lado, los erizos, que mueren casi a decenas, y por el otro las rapaces nocturnas. Estas aves suelen cazar desde posaderos o perchas, que utilizan a modo de atalayas desde donde vigilar a sus presas. Las carreteras, con sus señales de tráfico, mojones, postes telegráficos, etc., constituyen áreas ideales de caza para ellas. Son además aves de vuelo bajo, lo cual motiva que el cruce de una carretera suponga una alta posibilidad de colisión. Hace unos días me encontré con una pobre lechuza común Tyto alba atropellada en la zona de Budores, cerca de una casa donde durante muchos años crió una pareja.
Lechuza atropellada
Lechuza atropellada
Lechuza atropellada
Tras localizarla en la carretera la retiré de la misma para poder fotografiarla mejor. He buscado varios datos para comprobar la magnitud de esta amenaza para la lechuza, y los datos no dejan lugar a dudas: 140 lechuzas al menos muertas por atropello en 2008 en Asturias, 178 lechuzas muertas al año en la provincia de Salamanca, 57 atropelladas en el Campo de Cartagena en una década... La época más delicada para la especie suele ser el final del verano, cuando se emancipan los jóvenes que están mucho más expuestos por su inexperiencia, como demuestran muchos estudios.
Lechuza atropellada
Además de los atropellos en la carretera, otras amenazas se ciernen sobre nuestra pobre curuxa. La destrucción de las viejas construcciones donde anida, el empleo de rodenticidas que las acaba envenenando, las muertes por disparo o por caducas supersticiones... No es extraño que según constatan los censos de la SEO su población haya disminuido un 13% en la última decada.
Lechuza atropellada
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