Lejos del sonido de una cancha y los latidos constantes de un partido, Jorge Valdano reflexionó alguna vez que “el fútbol es sólo una excusa que nos hemos buscado para jugar con la vida”. Y en su camino diario, experimentó ese pretexto desde diferentes costados. Primero, lo hizo plantado en el área, donde alcanzó la obra cumbre en México 86. Más tarde, desde el banco de suplentes de Real Madrid y Valencia. Y tiempo después, como analista de este juego para diarios de España y otros puntos de la aldea global. Fue, acaso, uno de los primeros futbolistas en ponerle palabras al destino de un balón, las decisiones vertiginosas en el césped y los movimientos de los DT. Sus letras fueron un viaje al interior de este juego. Y además, unieron cuentos maravillosos. Creo, vieja, que tu hijo la cagó, es uno de sus relatos extraordinarios y el elegido de este domingo vacío de fútbol. Una buena excusa, como sentenció el propio Valdano, para seguir jugando con la vida. Pasen y lean.