Esta tarde mientras estaba observando el grupo de limícolas en la playa de Bañugues se levantaron todos de repente, señal inequívoca de la presencia de alguna rapaz en las cercanías. En efecto, una hembra de gavilán los atacó durante unos momentos, llegando a perseguir a algunos correlimos, aunque sin éxito. Tras este ataque fallido se perdió tierra adentro, momento en que pude retratarlo.
Probablemente se trataba de una migrante. A partir de la última decena de septiembre comienza a notarse la entrada de gavilanes procedentes del continente europeo, entrada que alcanza su máximo en octubre. Es el momento en que es más factible observar a esta especie, normalmente muy esquiva. Algunos de ellos se quedarán a pasar el invierno.