Revista Tendencias

Lo que pronto nos diremos

Publicado el 19 mayo 2020 por Claudia_paperblog

11/3

He vuelto al médico y pensaba que me operarían, pero se ve que es más complejo de lo esperado. Me han hecho un electro, me ha visitado el anestesista y me han hecho una analítica. Cuando me han tumbado en la camilla para el electro, sin camiseta ni sujetador, con esa luz fluorescente y un montón de cables conectados a mi cuerpo, me han entrado ganas de llorar. Me he acordado de cuando tenía epilepsia. Y me he sentido sola porque no cuento contigo para explicarte algo tan importante.

Veo fotos de travel bloggers y me acuerdo de nosotros, de cuando llegamos a aquel pueblo tan pequeño donde no había nada. Y vimos un delfín. Y queríamos alquilar un kayak, pero la tienda cerraba. ¿Era Nambucca Heads? Y pienso en todos los viajes que yo escribí y tú imprimiste y colgaste en la pared con chinchetas.

12/03

Me gusta que te preocupes por mí y mi familia. Me encantaría que vinieras el domingo al cumpleaños de la mama y que estuviéramos juntos en cuarentena. Trabajar juntos sería muy divertido, nos meteríamos mucho el uno con el otro.

Han cancelado la Telecogresca. Quizá es una señal, significa que tendremos que ver Lágrimas de sangre juntos. Algún día.

Ha explotado una fábrica química en Barcelona, me gustaría saber si eso te ha afectado, he visto imágenes de carreteras cubiertas totalmente por una capa de polvo blanco. Está siendo nefasto este 2020, ¿no?

13/03

Primer día de confinamiento.

Después de trabajar en el comedor, voy a por espárragos con mi padre y pienso que tú viniste una o dos veces con nosotros y que te haría ilusión estar aquí. Pasa un coche y mi padre me cuenta que el hijo de ese hombre murió ahogado, pillado por las compuertas de un contenedor de basura. Se me queda mal cuerpo.

Pienso que ahora me he quedado sin peluquero, ya que ya no podré escribirle a Junior ni ir a tu casa para que me corte el pelo. También hemos mirado una selección de fotos que hice para el regalo de la mama y apareces tú. ¿Debería quitar esas fotos? Me pregunto qué harás tú. He visto las dos fotos que has subido a Instagram y me han gustado, me parecen muy artísticas, siempre te he dicho que tienes un enfoque diferente.

15/03

Empiezo un nuevo libro, Matar a un ruiseñor, y hago yoga con mi hermana. Cuando me desvisto para meterme en la ducha, veo mi cuerpo, mi vientre terso y me imagino desnuda contigo.

16/03

Por la noche, leo las revistas de National Geographic y me imagino que compro los vuelos a las Azores para este verano, con tu nombre en el billete. Y pienso que, aunque no estemos juntos en agosto, eres tú la persona con la que me gusta viajar y me iría contigo sin dudarlo. Pegamos mucho.

¿Tú duermes bien al menos? Porque yo no.

17/03

Creo que cada día veo más borroso.

Me levanto a las 8, enciendo el portátil, introduzco la tarjeta en la ranura y me quedo mirando la pantalla. Cuando mi hermano se sienta enfrente para desayunar, me entran ganas de llorar, pero no se me humedecen los ojos, sino que me escuece la nariz, como cuando se te sube el gas de la Fanta.

21/03

No te lo dije, pero el jefe llamó al papa y lo ha enviado al paro con un ERTE. Él ya se lo esperaba, así que no se lo ha tomado tan mal. La mama, que se lo toma todo más a la tremenda, sí que está preocupada. A mí me dio rabia porque los jefes pueden hacer los que les dé la gana en su beneficio, pero veo al papa tan feliz pintando la pared de la terraza que pienso que es mejor así.

Mi hermano rompió ayer la jarra que nos regalaste para el agua, eso sí que me dolió. Me dio mucha pena.

También me leí un artículo de National Geographic sobre Roma y no pude evitar recordar lo genial que fue ese viaje: nuestros helados, los paseos, yo con mi falda, el buen tiempo, aquella botella de vino dulce sentados en un banco, la habitación del hotel con aquel ventanal, la plaza de las palmeras.

Hoy he quitado el polvo, me he duchado y he tomado el sol mucho rato y me veo más guapa cuando tomo el sol, me veo reflejada en la ventana y pienso: Joder, qué guapa. Con esa sonrisota, como tú me decías, y esos mofletes y ese brillo en los ojos.

22/03

Me siento mucho mejor hoy.

Está bien trabajar mientras fuera llueve y que mi madre me llame desde la cocina para que me coma la masa de las croquetas que ha sobrado.

Luego, he hecho yoga con mi hermana y nos hemos reído muchísimo. Hemos encendido un incienso y ella lo estaba haciendo al revés, casi incendiamos el escritorio. Me relaja tanto el yoga…

25/03

Ya no recordaba cómo era sentir el frío en la piel, va a helar muchos estos días. El aire me rasga la piel de la cara y me reconforta.

Voy lenta, respiro hondo, presto atención a cada detalle. Miro fijamente la antigua fábrica abandonada del paseo porque, desde que la ocuparon, me causa mucha curiosidad. A través de las ventanas, que tienen los cristales rotos, veo trozos de pared, marcos de puerta, luces y tengo la esperanza de ver a alguien, escondido o asomado mirándome, pero no hay nadie.

La revista Traveler de este mes está dedicada a la España rural y me emociono al leer sus artículos, sobre todo el que está dedicado a Delibes. Es un autor que deberías leer.

26/03
Hay un Instagram que va de “unsaid words” o algo así y la gente envía mensajes escritos en sobres arrugados. Me imagino tan patética en un futuro, escribiéndote algo para que me recuerdes y sonrías.

28/03

Andrés de Melbourne me ha escrito y me ha hecho mucha ilusión que me pasara una foto con su padre. De vez en cuando pienso en el padre de Andrés, guardo un buen recuerdo de él. En la foto, aparecía mi bici, aquella que conseguí en Kensington y dejé en Brunswick. La nostalgia, en su justa medida, es buena. Andrés dice que justamente su padre preguntó hace nada por nosotros. Me da pena que hayas decidido abandonar ese “nosotros”.

31/03

Hago videollamada con los de siempre y hablamos de Ot, de cuando llegaste por primera vez a Barcelona y te acogió, de cuando fuimos a la Mercè a ver a Manu Chao y cuando coincidimos en las fiestas de Lleida, yo ya no me acordaba de eso. Nos han pasado tantas cosas…
Cada noche, me acuesto mientras dos jóvenes Juan y Claudia me miran sonrientes desde la playa de la Barceloneta.

03/04

Luego he visto una serie con Irene y nos hemos metido en la cama de los papas. Me ha recordado a nuestra cama de abajo y a tu cama del piso. Me da pena que eso sea algo del pasado. Me he hecho un ovillo y he mirado por la ventana.

04/04

En el libro que me estoy leyendo, las nubes se tiñen al atardecer de color albaricoque. Me parece una comparación tan bonita, necesito aprender a escribir, debería apuntarme a algún curso.

Los fines de semana me gustan más en confinamiento ahora que no estás. Las cenas de los sábados me recuerdan a ti porque te gustan mucho las tapas y me viene a la mente tu carita de felicidad, los carrillos llenos de comida. Hemos hecho ensalada de rúcula y salmón, boquerones fritos y tostadas con esa salsa de mejillones.

He tomado bastante el sol, por la mañana y por la tarde. Y eso me sienta genial. También hemos hecho tarta de queso con la receta de Marta y olía genial, pero no nos la podemos comer hasta mañana. Seguro que tú me habrías convencido para empezarla. Nos imagino mucho viviendo juntos últimamente.

06/04

Marina dice que uno solo con sus pensamientos siempre llega a las mismas conclusiones y que si hablamos los dos, podremos avanzar.

07/04

Me está saliendo una peca en el labio; en realidad, está en la línea que separa la piel más oscura del labio inferior. Me pregunto si te darás cuenta de ella cuando me veas.

Últimamente hay un gato gordo y naranja en el tejado de enfrente y, cuando salimos a aplaudir, se asusta y desaparece dando saltos. No he jugado a ping pong en todo este tiempo, nadie ha querido hacerlo conmigo, así que supongo que tendré que esperar a que vuelvas. Sé que, si estuvieras aquí, ya me habrías metido varias palizas y me habrías dejado ganar un par de veces para que me confiara.

Anoche vimos una película muy buena en la tele, estaba ambientada en la zona de Gaza, en Palestina y tenía escenas bastante cómicas. Me gusta mucho la niña, es muy valiente. En una escena donde el protagonista conduce junto a edificios derruidos, mi madre dice: “qué insensibles nos hemos vuelto”. Y tiene razón, no nos afecta ver esas ciudades destrozadas por la guerra porque ya nos hemos acostumbrado a verlas siempre así. Lo vemos cómo algo normal, eso sí, solo en esa parte del mundo, nunca aquí.

Es el tipo de películas que a ti te gustan y que solemos ver juntos un domingo por la tarde.

10/04
Veo una cuenta de Instagram en la que ilustran diferentes ciudades del mundo durante el confinamiento. Bruselas desayuna, Venecia cocina y Madrid hace el amor. En esta última, se ve, a través de las ventanas, diferentes parejas desnudas, en la cama, en el sofá o de pie. Y me entran muchas ganas de volver a sentirnos desnudos.

12/04

Esta mañana me he sentido feliz. Mientras leía, el papa ha puesto un disco que me recuerda a mi infancia, de viaje en coche, Duncan Du.
Nos hemos comido la Mona e, inevitablemente, me he acordado de tu primera Mona, cuando volvimos de Suiza y te la compré en aquella panadería de la calle Blai. Hemos usado el pollito y la pluma de tu Mona para decorarla. Me gustaría estar contigo.

17/04

Hoy estoy poco satisfecha con la vida, pero luego he hecho yoga y he pensado en las cosas que tengo y que me gustan. Me gustan mis zapatillas de estar por casa, la botella de aluminio que me regalaste, mi culo, mi pelo, el cielo, mi salud, me gusta tu esterilla con la que nos íbamos a la aventura, la alfombra del comedor. Hay que mirar las cosas bonitas de la vida.

21/04

Las vistas desde la ventana de mi habitación son muy feas. No te das cuenta de estos detalles hasta que creces: las terrazas españolas son muy poco estéticas. Parecen un paisaje de tierras de cultivo de diferentes colores, unas más abandonadas, otras más cuidadas, algunas a medio acabar, con palés, tejados de amianto o plásticos transparentes cubriendo agujeros.
Miro una exposición por internet que se titula “Elogio al malentendido”. Y habla de las segundas lecturas, de la versión que cada uno puede tener de un texto, incluso de uno que has escrito tú mismo. Muy interesante.

22/04

Por la tarde, mi madre y yo vamos al porcho y pintamos rosas para Sant Jordi. Me gusta esa paz, esa tranquilidad, pongo música y hablamos poco, concentradas en no dejarnos ningún hueco. Cuando mi padre llama al pueblo, le dicen que la abuela lleva días con mareos y que llamaron al médico. Dicen que se está apagando poco a poco.

23/04

“En la lengua que hablan tu lengua y la mía”. Qué bonito pensar que compartimos un idioma que nadie más entiende. Hoy es Sant Jordi y me acuerdo de ti, es mi celebración favorita del año, pero desde que llegaste, la vivo con más emoción porque me gusta enseñarte las tradiciones de mi tierra. Porque me gusta que nos regalemos algo tan especial como un libro. Recuerdo cuando nos separamos durante media hora para darnos la sorpresa de recibir un libro sin saber su título. Tú acertaste con Patria. Yo no acerté tanto con aquel libro un poco aburrido, el de la brújula.

Sant Jordi para mí es siempre el comienzo del buen tiempo, en mi cabeza se ve representado como un día soleado.

Arreglar tu currículum me recuerda a nuestros inicios, cuando empezaste a buscar trabajo en España.

27/04

Joder, oír tu voz tan cálida y hablar contigo me ha dado energía. Me gusta cómo hablas, lo que dices, me cuentas cosas interesantes que te explica tu amigo médico.

Para mí, media hora no es suficiente, me estaría hablando contigo toda la vida. Te imagino en tu balcón, mirando cómo el cielo pasa del celeste al añil. Cuando me dices que has hablado con Carlos para buscar un piso para ti solo, pienso que quiero irme a ese piso contigo, que nos imagino en un estudio pequeño, pero con balcón y los domingos por la mañana entraría el sol por la ventana y nuestra cama se llevaría de luz, los rayos iluminarían nuestros cuerpos desnudos, desayunaríamos croissants o huevos pericos y después iríamos a tomar una cerveza, de esas artesanas que le regalamos a mi padre. Tú estarías más sonriente que ahora, nos contaríamos todo lo que no nos hemos explicado en estos dos meses, me pellizcarías la mejilla y dirías: qué ternura. Y luego iríamos a comer por ahí y volveríamos a casa, nuestra casa, a follar. Y miraríamos por la ventana y cuando refrescase un poco, saldríamos de nuevo a ver el atardecer, sentados en algún parque, yo apoyando la cabeza sobre tu hombro.

29/04
Hoy pienso bastante en Hondarribia y en Plovdiv. Bulgaria es para mí el último viaje bonito que tuvimos. Edimburgo fue bonito, pero muy triste, me quedo con Bulgaria con nuestro tupper de potatnik, la foto que te hice en aquel restaurante tan bonito donde cenamos, el bar de 3 pisos parecido a aquel de Hildesheim donde tú te pediste una cerveza y yo un batido de snickers. Todo lleno de vida y de estudiantes de Erasmus.

30/04

Cuando bajo a la habitación del piso de abajo, huelo tu pantalón del pijama. Parece un gesto tonto, pero de verdad que tiene aún tu olor. Me encanta.

Luego, me pongo crema solar para salir a leer y recuerdo que a ti te gustaba ese olor porque me decías que olía a verano.

Mientras vemos la película de Call me by your name, me acuerdo de lo mucho que lloré cuando me despedí de ti en Alemania; estuve todo el viaje de vuelta en tren llorando.


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