Vincen Vaughn y Owen Wilson son dos charlatanes de la vieja escuela. Dos vendedores de objetos obsoletos con discursos obsoletos que, tras un despido exprés, deberán actualizarse a marchas forzadas en uno de los templos geeks del momento: Google.
Como ya demostrara con Noche en el museo, el realizador canadiense Shawn Levy consigue salir airoso en esta cinta al conducir acertadamente una comedia para todos los públicos en la que se repiten lugares comunes del género de frikis y nerds. Las calculadoras son sustituidas por los smartphones y tablets y el ambiente de instituto o campamento de verano se traslada a unas prácticas de trabajo en la empresa Google.
La incursión del dueto protagonista añade, además, situaciones de desfase generacional que se ven amplificadas por la brecha digital. Las alusiones a referentes culturales del cómic, la literatura o el cine (X- Men y Harry Potter son alguno de ellos) se utilizan para enfatizar la diferencia de edades de los protagonistas y el resto de becarios veinteañeros.
Como expertos parlanchines Vaughn y Wilson mantienen fluidos diálogos cuyo objetivo final, en ocasiones, parece diluirse y alejarse de la escena principal. Pese a ello, el ritmo del filme es constante y animado consiguiendo un aprobado raspado para un entretenimiento palomitero en habituales del género.
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