Los cachorros de la criminología

El perfilador Félix Ríos, coordina a 26 voluntarios entre estudiantes de criminología, psicólogos, juristas, forenses y policías; que analizan 14 casos por todo el territorio español, dentro del Proyecto Nacional Prometeo para la Revisión de Crímenes y Desapariciones sin Resolver. 

Son las 11.00 de la mañana de un lunes cualquiera, Mihaela Zlota y Anna Mendoza, se apresuran a estudiar sus notas sobre el caso Macastre, un triple asesinato sin resolver que conmocionó la Comunidad Valenciana en los años 90, casi tanto como el Alcásser. Tienen que darse prisa en revisar las tareas que tienen encomendadas desde la coordinación nacional de Prometeo, antes de entrar a su próximo examen, y es que, estas dos jóvenes promesas de la criminología están tan sólo en segundo de carrera, y viven una experiencia envidiable por todos sus compañeros, la revisión de un homicidio sin resolver bajo la tutoría de un criminólogo (Félix Ríos), una jurista (Sonja Ahlert), un psicólogo (Román Morales), y una médico forense (Fayna Domínguez).
Este equipo forense de coordinadores, ha dejado claras las instrucciones a seguir por las jóvenes castellonenses, y, en los próximos días, deben de localizar a familiares de las tres víctimas de los crímenes para entrevistarlas. Una hora después, el mismo equipo forense, se comunica con Iciar Iriondo y José Manuel Moreno; la primera criminóloga, y el segundo un estudiante de tercer año, ambos de la Camilo José Cela de Madrid. Hoy, esta pareja de estudiosos de la conducta criminal, deben de reunirse con Ángel, el padre de una chica desaparecida en Valdemoro, hace ya casi dos años, para ponerlo al día de las últimas gestiones que llevan a cabo sobre dicho caso. 

Precisamente una amiga de Iciar, la criminóloga Zori García, se encuentra en ese momento reunida en Elche con el estudiante Oscar López. Ambos, observan con detenimiento las fotografías de la inspección ocular en la muerte indeterminada judicialmente de Ángel, un joven de Valencia. 

Mientras todo esto ocurre, Félix Ríos, habla por teléfono con Esther Castejón, trabajadora social de Córdoba y una de las encargadas de entrevistar a conductores de VW rojos modelo 1991, para encontrar el vínculo entre uno de estos vehículos y el presunto asesino de Soledad Donoso, caso que el equipo de Prometeo (dependiente de la Asociación Lakshmi para la Lucha contra el Crimen), consiguió reabrir hace apenas un año. Mientras, Román y Sonja, envían un paquete de datos a Daniella Jiménez, una joven de apenas 21 años, que empezará a estudiar criminología el año que viene, pero que ya ha demostrado su elocuencia entrevistándose con testigos del homicidio de Alfonso Fernández, un madrileño asesinado hace algunos años en la isla de Lanzarote, donde vive la joven. 

Ya se acerca la noche, y Diego Leonet, Iñaki Pérez, Isabel Aloqui y Virginia Jiménez, de la universidad del País Vasco, y la criminóloga Raquel Fernández desde las Palmas, mantienen una conversación mediante facebook, para intercambiar información sobre el seguimiento que realizan a través de Internet, de las ventas en la red, de una tabla de windsurf similar a la que usaba Iñaki Nuño, un windsurfista desaparecido en diciembre en Cartagena, y del que aún no se sabe nada. 

Desde Oviedo, y antes de la hora de cenar, Sonia Fernández manda la lista de los nuevos seleccionados para revisar un crimen en Barcelona, en este caso se trata de estudiantes y titulados de Oviedo y Barcelona: Pablo Vázquez, Sara Jaramillo, Víctor Riaño, Lorena Medina y Myriam Ojeda. Todo un equipo de jóvenes dispuestos a aprender la realidad de la criminología como experiencia en su presente y futuro profesional, y es que, el proyecto Prometeo de la Asociación Laxshmi, está permitiendo combinar la formación práctica en criminología forense de muchos jóvenes y no tan jóvenes, con la ayuda a familias de víctimas de crímenes y desapariciones sin resolver, que de otra manera no podrían contar con un equipo forense a su disposición para ayudarlos a encontrar a un ser querido o al asesino de este…