Revista Cocina
Los expertos han recopilado durante toda la evolución humana, y distintas culturas, que el sabor dulce es el más placentero para todos, y además hemos aprendido a asociar este sabor a alimentos seguros, y que los sabores amargos pueden acarrear sustancias toxicas o venenosos.El edulcorante natural (azúcar común) aumenta los niveles de glucosa en sangre. El cometido de los edulcorantes es reproducir el sabor dulce que nos proporcionan los azucares naturales en nuestro paladar, y reduce el aporte calórico y de hidratos de carbono para mantener una alimentación saludable. Tiene un poder edulcorante muy poderoso, es 550 veces más que el azúcar natural, y por eso se consume en menor cantidad, y por ello también nos afectan menos en los valores de glucemia. Su identificación científica que aparece en la etiqueta, es en forma de E con tres cifras seguidas. Está regulada por la Autoridad Europea mediante ese código y da confianza de que hay seguridad para el consumo, y por tanto se puede añadir a nuestra alimentación. Si los edulcorantes se consumen en una cantidad excesiva puede conllevar un peligro también, pero no en dosis recomendadas porque son muy seguros. Las personas que consumen por exceso de peso como medida para adelgazar, productos light y bajos en calorías, y también como remedio para los enfermos de diabetes, le han dado fama a los edulcorantes artificiales.Existen edulcorantes diseñados, y modificados llamados polioles y polialcoholes, y su función es evitar en la medida de lo posible la absorción intestinal y por ello minimizar su efecto como glucosa en sangre. Si se toman en exceso pueden producir diarreas, una alteración intestinal.El consumo de edulcorantes tiene alguna que otra mala fama, como que puede producir algún tipo de cáncer. Pero los organismos responsables de la seguridad sobre los alimentos que consumimos aseguran que no existe tal peligro probada científicamente.