Tengo el placer de continuar esta serie con una entrevistas a Roberto Sánchez, autor del blog Una vida sencilla. En poco tiempo Roberto se ha convertido en referente obligado para quién está interesado en simplicidad y minimalismo como formas de vida. Si os soy sincero, y como muchos de vosotros sabe, Roberto y yo tenemos unos cuántos puntos de “roce”, especialmente en temas de productividad.
A pesar de ello, pero tengo que reconocer que sus ideas son de las más genuinas que he visto por la red en los últimos tiempos. Coincido con él en muchísimos puntos, y su feed es un básico en mi Google Reader. Como a mi, espero que la experiencia vital de Roberto os inspire para tener una vida sencilla, plena y, sobre todo, coherente –por cierto Roberto, luego te respondo tu último comentario, café en mano ;-)
Hogar y familia
El hogar es el lugar donde paso más tiempo y donde puedo ejercer más influencia, por lo que intento que sea reflejo fiel de mi personalidad y mi manera de pensar. Tal vez sea el ámbito en que el minimalismo esté más presente.
En casa tenemos lo justo e imprescindible; intentamos mantener un ambiente que predisponga a la concentración y a la comunicación, lo contrario de lo que tenemos fuera en la calle, a la vez que no nos “obligue” a dedicarle mucho tiempo a su mantenimiento (orden, limpieza,…). Quizá ése sea el secreto: el mantenimiento. No dejar que la casa se ensucie, se desordene, se llene de objetos inútiles,… Tenemos una importante conciencia minimalista.
Como hábito práctico encarado a poder disfrutar de lo importante, que somos nosotros mismos –mi mujer y yo-, llevamos a cabo todas las tareas domésticas (limpiar, comprar, lavar, planchar,…) de lunes a viernes, de manera que el fin de semana podemos disfrutar al 100% de nuestro tiempo juntos para hacer lo que más nos gusta, o simplemente no hacer nada ;-)
Finanzas
Nuestra vida financiera es muy simple. No hay inversiones ni créditos. Evitamos siempre solicitar préstamos o financiar compras, gracias al importantísimo hábito del ahorro, sin caer en la racanería.
Nuevamente el minimalismo es un gran soporte para mantener una economía doméstica sana.Después de los muchos cambios que hemos realizado durante los últimos meses, uno se da cuenta de lo poco que se necesita para subsistir y a la vez disfrutar de la vida plenamente. La mayoría de nuestros placeres son gratis o prácticamente gratis: leer, escribir, hablar, salir de excursión a la montaña, tocar la guitarra y cantar, hacer el tonto,… Las cenas fuera de casa, películas en el cine, viajes y paseos por el centro comercial ahora son puntuales o nulos –ya no recuerdo la última vez que pisé un centro comercial-.
Trabajo
Afortunadamente mi trabajo es una prolongación de mí mismo. Disfruto y creo en él; lo hago por vocación. Para mí no hay diferencia entre mi vida personal y profesional, como muchos intentan separar. A pesar de gustarme, durante un tiempo estuve agobiado por hacer esa lectura errónea de dedicarle demasiado tiempo al trabajo y poco a mí mismo, cuando en realidad trabajar también es tiempo que me dedico a mí mismo. ¿Acaso soy otra persona cuando trabajo?
Vida profesional y laboral son la misma vida. Y si hay algo en tu vida que no va bien o no te gusta, simplemente cámbialo. Puede que un día ya no le encuentre sentido a hacer lo que hoy hago. Entonces no dudaré en dejar de hacerlo ;-)
Bien estar
Bueno, me dedico a ello. Es la piedra angular de mi felicidad, sustentada por la actividad física, la alimentación saludable y el equilibrio emocional.
De alguna u otra forma, hago ejercicio todos los días, así como respeto mis 8 horas de sueño y pequeños intervalos de descanso durante el día, tanto físico como mental. Además intento que el resto de mi día sea físicamente activo. Me muevo andando, corriendo, en bicicleta o patinete. Intento evitar cualquier tipo de automoción.
En cuanto a mi alimentación, desde hace bastante tiempo sigo las reglas básicas de la paleodieta –la dieta del paleolítico-, con algunas modificaciones de cosecha propia. Aquel “Somos lo que comemos” es una de las pocas verdades absolutas de este mundo.
También trabajo en pro de mi bienestar emocional, desconectando la mente como mínimo una vez al día. No hace falta meditar, sino simplemente encontrar una actividad con la que entrar en flujo, perder la noción del tiempo, pensar sin pensar.
Entorno
Es uno de los aspectos en los que he tardado más en concienciarme, hasta comprender que a pesar de que mi entorno inmediato es mi hogar, no debo olvidar que el medio ambiente también es mi casa. Así que lo cuido como si fuera mi jardín.
Como individuo formo parte de un complejísimo sistema energético. Lo que no puedo hacer es “gastar” más energía de la que soy capaz de “devolver”, desequilibrando el sistema. De momento mis hábitos ecológicos son el consumo responsable de energía, tanto en el hogar como en el transporte, y nuevamente, la compra coherente con mis necesidades. No olvido que cuando yo compro estoy invitando a seguir fabricando, y así también contaminando. Comprando lo justo limito la contaminación industrial.
En este sentido soy consciente de que puedo hacer mucho más de lo que hago, por ejemplo a nivel de reciclaje.
Productividad
En realidad es una palabra que me da un poco de yuyu por su connotación económica, aunque me interesa mucho cuando está encarada hacia la consecución de los objetivos que uno se marque –aunque la palabra objetivo tampoco me gusta, jaja!-.
Comparto las bases y aspectos fundamentales de algunos sistemas de productividad personal –por eso me gusta leer sobre ello-, pero no aplico ninguno en particular. Para mí el secreto está en el enfoque, la concentración. Mi entorno tiene que predisponerme a ser “productivo”, por lo que de nuevo el minimalismo me sirve de gran ayuda, salvándome de distracciones.
A partir de ahí no uso ni listas, ni proyectos, ni acciones,… Me dejo llevar, me concentro y dejo que las ideas fluyan. Entonces no necesito sistemas. Por otro lado me he hecho gran amigo de la monotarea y la lentitud. Después de mucho tiempo funcionando a base de hacer muchas cosas a la vez y además rápidamente, me he dado cuenta de que son costumbre que te llevan a la dispersión y la procrastinación.
Una tarea y sin prisas, garantías de productividad.
Artículo original escrito por Jero Sánchez. Sígueme en Twitter.