(Euronews, 06/07/2011)
Una Europa de la solidaridad, una Europa del crecimiento, una Europa abierta y segura: los objetivos de Polonia son tan nobles como ambiciosos.
Euroentusiasta, optimista y muy bien preparado, el primer ministro polaco, Donald Tusk sólo tiene por delante seis meses para poner en marcha su programa. Seis meses jalonados de citas vinculadas con la presidencia rotatoria de la Unión Europea que asume su país.
El viernes, dejó clara su postura sobre la crisis de la deuda. Aunque apoya a Grecia, Polonia quiere que todos aprendan la lección de la crisis desencadenada por el endeudamiento excesivo de Atenas. Varsovia no entrará en la Eurozona sin garantías de que habrá un mayor respeto de la disciplina presupuestaria común.
Otra condición puesta por Polonia es asistir a las reuniones de los 17 países de la Unión Monetaria, encuentros a los que en principio no debería asistir aunque sea en ese círculo donde se decide la suerte de Grecia y se discuten las grandes orientaciones económicas. Tras acaloradas discusiones, Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo, ha terminado aceptando.
Un buen aperitivo para Polonia que tendrá que volcarse de inmediato en un dossier técnico: el presupuesto europeo 2014-2020. Las negociaciones ya han comenzado y Polonia está bien situada para influir en los debates: es el único país de los 27 que ha mantenido el crecimiento a pesar de la recesión y de la crisis financiera.
Varsovia quiere un presupuesto sólido para impulsar la competitividad de la economía europea. Sobre la política agrícola común, más que reducir los fondos, el país contempla una modernización para hacer el sistema más equitativo para las regiones y los agricultores.
La ampliación es otro asunto del que tendrá que ocuparse. El país tendrá que finalizar el proceso de adhesión de Croacia a la Unión Europea cuya entrada prevista en el club es en 2013.
Y pese a las reticencias de otros miembros de la Unión Europea, Polonia quiere además lanzar las negociaciones de adhesión con Serbia. Siguiendo esa lógica de apertura hacia el Este, el país organizará a finales de septiembre la cumbre de la asociación oriental, uno de los momentos fuertes de la presidencia polaca. El esperado broche de oro será la concluisón de un acuerdo comercial con Ucrania.