Revista Sociedad

Los partidos islámicos indonesios y las elecciones de 2014

Publicado el 09 junio 2014 por Tiburciosamsa

Mientras estaba escribiendo la larguísima serie sobre la radicalización del Islam indonesio, tuvieron lugar las elecciones legislativas en dicho país. Los resultados me parecieron muy interesantes para el tema, pero ya estaba cansado y quería pasar a otras cosas. Ahora que estoy más despejado, me pongo con lo que dieron de sí las elecciones para los partidos islámicos indonesios.
Este año se presentaron a las elecciones cinco partidos (el PKS-Partido de la Justicia Próspera; PAN-Partido del Mandato Nacional; PPP-Partido del Desarrollo Unido; el PKB-Partido del Despertar Nacional; PBB- Partido de la Estrella Creciente) que tenían el Islam arriba en su ideario. Los cuatro habían obtenido entre todos el 25,14% de los votos en las elecciones de 2009. Por ideología, el PKS puede calificarse prácticamente de fundamentalista; el PAN, creado a partir de intelectuales vinculados a la modernista Muhammadiyah, es moderado y no hace del Islam la piedra angular de su ideario; el PPP es un partido que parece esgrimir el Islam con cierto oportunismo y no tiene en su ideario la implantación de la sharya; el PKB vinculado al Nahdlatul Ulama, defiende un Islam moderado y enraizado en las tradiciones indonesias; el PBB estaría a medio camino entre la moderación del PKB y el fundamentalismo del PKS, inclinándose algo más hacia el segundo. 
Este año los resultados de los partidos musulmanes mejoraron. Entre todos obtuvieron el 30,93% de los votos. El partido que más subió fue el PKB, mientras que el único que perdió votos fue el PKS, lo que resulta una buena noticia. Al PKS le pasó factura que su ex-líder Luthfi Hasan Ishaaq fuera condenado en diciembre del año pasado a 16 años de prisión por haber aceptado sobornos de una empresa para que incrementase su cuota de importación de carne de vacuno y por haber blanqueado dinero. Ishaaq debe de ser un buen pájaro: se casó el año pasado con una adolescente que es su tercera esposa y a la que saca algo más de 30 años. Aun así, parece que no le resultó suficiente y poco después la policía anticorrupción le sorprendió en la habitación de un hotel en compañía de una estudiante… y no, no estaban practicando una variante del parchís que se juega desnudo. Comparado con este pájaro, casi parece un pecadillo menor que pillaran al diputado del PKS Arifinto viendo porno por internet. Como dijo uno de sus correligionarios: “Los legisladores del PKS son humanos. Lo que le ocurrió a Arifinto le podría ocurrir a cualquier otro.” Vale, pero la diferencia es que cualquier otro no está en el parlamento promoviendo una legislación contra la pornografía.
Las elecciones que cuentan en Indonesia son las presidenciales. Las legislativas, que suelen precederlas en tres meses, sirven para que los partidos abran boca y comprueben su poder real. A partir de ahí comienzan las negociaciones para formar las coaliciones que se enfrentarán en las presidenciales. Tradicionalmente los partidos nacionalistas superan en votos a los islámicos y no los necesitarían para formar coaliciones con posibilidades de victoria. Sin embargo, se diría que los partidos nacionalistas temieran que una parte del electorado pudiera dudar de su islamicidad, de manera que siempre buscan que en sus coaliciones entre alguna formación musulmana. Una novedad este año ha sido que varios clérigos y organizaciones musulmanas hicieron un llamamiento para que los cinco partidos islámicos se coaligaran y presentaran un único candidato a la presidencia. Entrelas figuras más destacadas de este llamamiento están el secretario general del Foro de los Pueblos Islámicos, Muhammad Gatot Saptono, el presidente del Consejo Indonesio de Ulemas, Din Syamsuddin o el estudioso Taufan Maulamin.
Sin embargo, los políticos musulmanes que están en el día a día y saben distinguir una buena idea de una soplapollez, no lo ven tan claro. El presidente de la Muhammadiyahy fundador del PAN, Amien Rais, ha respondido que los partidos islamistas no podrían soportar ellos solos la carga del poder, mientras que los partidos nacionalistas no deben olvidar que los partidos islamistas representan al 30% de los votantes. O sea, si el sistema actual de coaliciones funciona y ninguno de los dos polos se siente preterido, no lo toquemos.
La pregunta del millón es si cabe interpretar los resultados de 2014 como el punto de inflexión que marcará el ascenso de los partidos islamistas y el inicio de un vuelco en la política indonesia. Yo lo dudo. Un 5% de incremento en el voto islamista es un aumento importante, pero no cataclísmico. Por otra parte, hasta ahora la división entre moderados y fundamentalistas ha sido más importante que la adhesión a los principios del Islam y ha supuesto un muro ante cualquier intento de coalición panislámica. Mi apuesta es que la política indonesia post-2014 seguirá por las mismas vías que la anterior. 

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