Hubo una época en la que Cuky fue gondolero. Sí, antes de ser chef, corredor e inversor de bolsa, soldado en la guerra de Vietnam, barman, y demás oficios...De hecho, tuvo más empleos que Homer Simpson.
Pero nunca le oiréis hablar de su pasado con las góndolas, no al menos que esté embriagado de chocolate, como ocurrió cuando me lo contó a mí en su día.Y es que, fue un pasado gondolero muy accidentado, tan accidentado que, aunque no sabía nadar por aquel entonces, aprendió a la fuerza. Una época corta pero intensa,(de dos días), como todas las que vive el chef.
Entre chocolate y chocolate en una fría tarde de invierno, Cuky me desveló su pasado en Italia, y cómo comenzó a pasear góndolas para enamorados en la vieja y bella Venecia, y cómo una y otra vez se caía dándole al remo o tropezaba accidentalmente con los puentes que iba encontrando a su paso, que no fueron pocos.
Así que, la corta carrera como gondolero del chef, se acabó el segundo día de su estancia en Venecia. Por ganar, no ganó ni para bocadillos, pero como es así de apañado, vio la oportunidad en la creación de máscaras de carnaval. No es el listo él ni nada. Una profesión más que se suma a la lista interminable del chef.
Vendiendo las máscaras que "creaba" sacó para pasarse unos días más en Venecia y descubrir los rincones tan bonitos de esta ciudad. Así tuvimos la suerte de que, cuando el niño-grande y yo, nos fuimos de viaje unos días allí, ya teníamos guía. Sin embargo, ahora los que "creaban" máscaras de pega eran los pakistaníes y los gondoleros tenían algo más destreza sobre dos piernas que el chef a cuatro patas. Pero oye, no puede dársete todo bien. O eres un crack de los fogones, o sabes pasear góndolas...Todo no se puede pedir.
...Ay...El chef... Si es que, al final, recorrió más mundo que Willy Fog.
Hoy os traemos una receta que ya os presentamos hace unos meses, (click aquí para ver la versión antigua), por Navidad, más concretamente. Fue una de mis tartas de cumpleaños, pero esta vez, mejorada. Creedme, es una tarta riquísima, no empalaga nada y siempre te quedas con ganas de más. Las fresas y la nata forman una combinación perfecta, sobre todo para San Valentín ;)Shortcake (tarta japonesa de nata y fresas):
Receta del chef y la pinche:
Ingredientes para los bizcochos:
~4 huevos L + 2 claras~125 ml. de leche entera~120 ml. de aceite de oliva suave~200 grs. de azúcar blanco~200 grs. de harina~Medio sobre de levadura química (royal)~Una cucharadita de extracto de vainilla~Una pizca de sal
Ingredientes para el relleno y la decoración:
~Medio kilo de fresas (ahí, a lo loco)~1 litro (aproximadamente) de nata para montar ~Azúcar glass
Notas:
~Tanto la cantidad de fresas, como la nata y el azúcar glass que se le eche a la misma, es al gusto. Podéis decorarla y rellenarla como más os guste. Estas son las cantidades que necesitamos nosotros para rellenarla y decorarla como veis en las fotos. No queda nada empalagosa ni llena mucho con estas cantidades.
~La cantidad de materia grasa de la nata, como siempre os digo, es muy importante. Os recomendamos que al menos tenga el 35,1%. Ese 0,1% es muy importante. Aunque parezca insignificante, marca la diferencia. También es importante el recipiente donde batís la nata, preferiblemente de cristal, acero o cerámica, nunca en uno de plástico. Y la temperatura a la que está la nata, mejor cuanto más fría se mantenga, tanto antes como durante y después del batido. Preparación de los bizcochos:
~Precalentamos el horno a 180º (170º en nuestro caso, que ponemos ventilador. Otros hornos necesitan estar a 160º con ventilador. Varía en función del tipo de horno. Es bueno que os hagáis con un termómetro de horno. A nosotros nos salvó la vida, después de quemar varios bizcochos y una patuca de Cuky). Preparamos también nuestro molde. Podéis hacerlo en un molde y luego cortar el bizcocho a la mitad, o podéis hacerlo en dos moldes distintos, o en el mismo en dos veces. Si escogéis esta última opción, como nosotros, deberéis medir bien las masas y dejar bien tapada con film y guardada en la nevera la masa para el 2º bizcocho. El molde deberéis prepararlo con papel vegetal en el fondo y además, engrasarlo, con mantequilla y harina o con un spray especial.
~Separamos las claras de las yemas y montamos las claras a punto de nieve con la pizca de sal. Reservamos en la nevera.
~Batimos las yemas con el azúcar, al menos unos dos minutos, que será el tiempo que tarden en doblar su volumen y adquirir un color más blanquecino.
~A continuación, añadimos el aceite, batiendo de nuevo. Luego la leche, batiendo otra vez, y por último, el extracto.
~A parte, tamizamos la harina y la levadura, un par de veces y lo incorporamos a la mezcla de ingredientes húmedos anterior, sin batir demasiado, simplemente mezclando, lo justo para que la masa quede homogénea.
~Por último, añadimos las claras a punto de nieve, con movimientos envolventes para que no se nos bajen.
~Volcamos nuestra mezcla en el molde y horneamos a la misma temperatura unos 35-40 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo, este salga limpio, (a nosotros nos tardó justo 35 minutos, pero ya sabéis que varía en función del horno). Antes de sacar del horno, vigilad que no halla corrientes de aire y dejar la puerta del horno un poco entreabierta.
~Sacamos y dejamos enfriar en el molde sobre una rejilla, 10 minutos. Pasado este tiempo, desmoldamos con cuidado, ya que son unos bizcochos muy tiernos, y dejamos enfriar por completo sobre rejilla, mientras hacemos el otro bizcocho.
~Cuando los bizcochos hallan enfriado por completo, los envolvemos en papel film y los dejamos de un día para otro, sin meter en la nevera.
Montaje de la tarta:~Montamos la nata, que acabaremos de sacar de la nevera. Si lo hacéis con unas varillas eléctricas, hacedlo despacio, para que no se pase el montado y se nos corte, que es muy fácil que ocurra esto.~Cuando la nata adquiera cuerpo, añadiremos poco a poco el azúcar glass, sin dejar de batir. El azúcar va al gusto. Seguiremos batiendo hasta que adquiera una consistencia firme, sin pasarnos en el batido.~Por otro lado, lavamos y cortamos las fresas. ~Colocamos el primer bizcocho y, sobre él, una buena capa de nata. A continuación, iremos colocando las fresas, también un buen puñado. Daremos otra capa de nata para que quede uniforme antes de colocar el segundo bizcocho encima.~Colocamos el segundo bizcocho y cubrimos toda la tarta con más nata. No importa si se ve el bizcocho, ya que va a ser sólo una capa fina "cubremigas". Con la decoración taparemos los bizcochos. Y aquí es cuando podéis dejar volar vuestra imaginación. Podéis decorar la tarta como más os guste.Nota:~Podéis conservarla en la nevera y ahora, con este frío (por lo menos aquí, polar), podéis dejarla fuera si no tenéis la calefacción puesta. Los bizcochitos se mantienen tiernos de 4-5 días sin problema.Valoración del chef: No sé qué os habrán contado sobre las máscaras venecianas, pero fui uno de los mejores creadores de máscaras que conoció Venecia... Digan lo que digan los pakistaníes esos.Yo de esta tarta no dejé ni las fresas, ¡guau!.
Valoración final: 8 guaus. Es una tarta de matrícula, ¡gruf, gruf!.Una vez más, la luz ha hecho de las suyas y las fotos no son lo que esperábamos. Aquí está habiendo unos días de frío que parece llegado del ártico. Con deciros que al acercarse a la playa parece que estáis viendo el trailer de "El día de mañana", y que nos queda media playa, os lo digo todo. Pero bueno, no me puedo quejar porque a mí me encanta el frío. No tanto al peludín, que sigue todo enroscado como una oruguilla en su camita.
¿Habéis visto qué cerca tenemos ya San Valentín?. Tan cerca, tan cerca que ya casi lo podemos tocar con las manos... Ya vemos los corazones en cada esquina, las postales con musiquilla en cada rincón, los "díselo con flores" en cada floristería..Espero que, tanto si os gusta como si no, disfrutéis de ese día al máximo como más os apetezca =)
Disfrutad de San Valentín y del fin de semana.¡Un besote de osete relleno de mermelada!
Honey Kiss.
Peace, Love & Music.