Hace algunos años estuve de vacaciones en la isla de Sicilia y, además de disfrutar de sus paisajes, de su clima, de sus gentes y de su pasado, a través de los numerosos restos arqueológicos que atesora, también pude deleitarme con su gastronomía. La verdad es que disfruté muchísimo comiendo uno de sus aperitivos más conocidos, los arancine, una especie de albóndigas de arroz, carne y guisantes, que se sirven en casi todos los bares. Y os puedo asegurar que casi subí al cielo cuando probé los riquísimos cannoli, un postre sencillo que consiste en una masa enrollada rellena de una crema realizada con queso ricota y otros ingredientes. Y como no, también saboree con los numerosos y variados platos de pasta que elaboran por toda la isla.Como no podía ser menos, junto con los souvenirs que allí compré, me traje un libro de cocina siciliana, que es de donde he sacado esta receta. Aunque la original está hecha con coliflor y con un tipo de pasta diferente (bucatini), en este caso le he puesto brócoli y la he preparado con macarrones rayados. La verdad es que este plato ya lo he cocinado varias veces, no sólo porque nos encanta la pasta, sino porque es una buena forma para que los peques de la casa coman verdura sin arrugar la nariz. Unas veces lo he preparado con coliflor y otras con brócoli, como en este caso, y os aseguro que tanto de una forma como de otra, está muy bueno. Ingredientes
- 500 gramos de brócoli
- 500 gramos de pasta (macarrón rallado)
- 1 cebolla
- 1 sobre de azafrán
- 50 gramos de pasas
- 50 gramos de piñones (la receta original tan sólo pone 30 gramos de piñones, pero yo suelo ponerle un poco más porque nos encantan)
- 50 gramos de filetes de anchoa en aceite de oliva
- Sal
- Pimienta negra (1/4 teaspoon)