Revista Bares y Restaurantes

¡¡¡Madrid, Madrid, Madrid!!!

Por Sariqui @CocinadeSariqui

Madrid es una de mis ciudades favoritas, me encanta ir de visita y si puede ser por placer, mejor que mejor. El fin de semana pasado disfruté de la capital del reino, y de que qué manera. Nada de museos, nada turismo, fue una visita gastro. Básicamente fuimos a comer y a beber, y eso hicimos. ¿Queréis saber dónde?


Una de las cosas que me gusta de Madrid es lo añejo de algunos de sus locales, por los que no pasa el tiempo, como la Chocolatería San Ginés que sigue sirviendo las porras con chocolate como siempre. Puede ser el desayuno o un resopón de media tarde, pero sea cuando sea te sentará de fábula.
¡¡¡Madrid, Madrid, Madrid!!!
¡¡¡Madrid, Madrid, Madrid!!!
Y hablando de locales con solera, también estuvimos en La Mallorquina, pero éste un poco venido a menos de lo que recuerdo. Los manteles tiesos ya de tanta vuelta y vuelta para enmascarar las manchas del grupo anterior, los bocadillos que esperas de pan y son de briox o esa palmera de chocolate que recordaba deliciosa, me viene ahora con una textura de hojaldre pasado y un exceso de azúcar que cruje entre los dientes.
Los mercados están de moda o eso parece al visitar Madrid. Empezó el Mercado de San Miguelcon una propuesta novedosa en la que presentaba una oferta gastronómica variada en sus múltiples paradas. Tenía unas ganas terribles de ir y por fin lo he logrado. Solo una pega (o varias): la gran oferta atrae a gran cantidad de turistas y lugareños que hacen que esté de bote en bote a cualquier hora del día. Y por si fuera poco, has de luchar por conseguir un sitio donde plantar tu culo y los platillos que has de manejar con gran pericia desde la parada de compra hasta tu trozo de barra, si has tenido la suerte de conseguirla.
¡¡¡Madrid, Madrid, Madrid!!!
¡¡¡Madrid, Madrid, Madrid!!!
¡¡¡Madrid, Madrid, Madrid!!!
El concepto está bien, pero a según que horas del día se les va de las manos. Otro punto negativo son los precios, nada populares, por ejemplo: una croqueta 1,5 euro o una gilda 2 euros.
¡¡¡Madrid, Madrid, Madrid!!!
Otro mercado digno de mención es el Mercado de San Antón, de dimensiones más modestas, aunque también está hasta la bandera a cualquier hora del día.
Hay quien ha visto el filón y cree que por poner la palabra MERCADO a cualquier local gastronómico ya va a venderse solo. Nada de eso señores, hay que trabajárselo un poco. Un ejemplo de esto es el Mercado de la Ribera, en el Rastro. La intención es buena pero hay muchos aspectos que hacen que tenga un suspenso por mi parte. El espacio no tiene una buena salida de humos y sales con olor a fritanga; los puestos no están equipados con mostradores para exponer la comida, y lo hacen como si estuvieran en casa, con papel film; el aspecto de los alimentos de algunas paradas deja mucho que desear y es cero apetecible. En general, no hay por donde cogerlo, aunque va bien para hacer una caña y descanso después de la caminata entre el gentío del Rastro.
Sin duda, lo mejor de Madrid, puestos a hacer colas y a no sentarte, es ir de cañas o vinos por los bares de siempre. Nosotros empezamos en Las Rejas, en la escalinata de la Plaza Mayor. El local tiene su punto y puedes tomar una tosta con un vino peleón, aunque mejor optar por la caña.
¡¡¡Madrid, Madrid, Madrid!!!
¡¡¡Madrid, Madrid, Madrid!!!
Seguimos dirección la Cava Baja donde encontramos locales para parar un tren. ¿Cuáles son los mejores? Pues no lo sé, pero nosotros probamos los que nos entraron por el ojo y los que más gente local tenían en la puerta, porque ese siempre es un buen indicativo.
¡¡¡Madrid, Madrid, Madrid!!!
La Chata todo un clásico del tapeo, un vinito y una tosta y a seguir la ruta.
¡¡¡Madrid, Madrid, Madrid!!!
En Díaz Larrouy tienen una gran oferta de tostas variada y a cual más apetecible, la de mojama con tomate está de morirse.
¡¡¡Madrid, Madrid, Madrid!!!
Otra de las calles de bares que visitamos fue la Calle Barcelona. Hay cien garitos donde elegir y en muchos de ellos intentan captarte para que entres (cosa que detesto). Nosotros íbamos buscando uno concreto, La Descubierta, la atención impecable y los huevos con patatas de toma pan y moja.
¡¡¡Madrid, Madrid, Madrid!!!
De postre un heladito de yogur orgánico en la heladería Yoy, en Chueca.
¡¡¡Madrid, Madrid, Madrid!!!
Eso sí, el topping guarro guarrísimo (Oreo y MnM's), un día es un día
¡¡¡Madrid, Madrid, Madrid!!!
Ahora que estoy escribiendo esto y recordando tan buen fin de semana...

¡Ya estoy deseando volver!


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