“N4 (Baliagarriegia)” es una exposición compleja en multitud de aspectos. Desde su nacimiento, eludiendo al compromiso de Manu Muniategiandikoetxea (Bergara, 1966) con su trabajo, a su posterior exhibición, reclamando unas atenciones y complicidad por parte del público que otras producciones no tienen, la muestra deviene un ejercicio de abstracción repleto de simbolismos. Para empezar, su título juega con crípticas referencias, como las coordenadas de su primera parte, que eluden al número de veces que Muniategiandikoetxea ha expuesto sus creaciones en la galería Espacio Mínimo. Por otra parte, el Baliagarriegia representa a un término ficticio que, en una traducción aproximada, significaría “demasiado valioso” o “valioso de verdad”.
¿Y cuál es el principal valor de esta muestra? Posiblemente las preguntas que despierta tanto en su lectura como en las relaciones que las propias obras establecen entre sí. Porque hablamos de pinturas que alternan entre la figuración y lo abstracto, que giran en torno a una escultura que puede interpretarse por igual como un catalizador dominante o dominado, y que invocan a pasados trabajos del artista, a las vanguardias de cincuenta años atrás y a complejos códigos que trabajan unidos en una dirección que no escatima contemporaneidad. “N4 (Baliagarriegia)” es un brillante ejemplo de superposición de lecturas, presente en Espacio Mínimo hasta el 18 de mayo.