Revista Vino

Maldivinas

Por Jgomezp24
Viñedo Doble Punta de Maldivinas Son Carlos y Guillermo, o Guillermo y Carlos, qué mas da. Son muy distintos el uno del otro pero complementarios a la perfección. Guillermo es economista y viverista, Carlos ingeniero de telecomunicaciones. Ambos están profundamente motivados por este proyecto de su vida, Maldivinas, porque tienen una conexión con su tierra y sus vides muy intensa. Están, como quien dice y en términos de trabajo en los viñedos, empezando (desde 2006 y con vino en el mercado, La movida, desde 2008), pero el progreso de sus resultados es espectacular. He probado sus vinos de 2010, los de 2011 (ya en depósito, reposando y estabilizándose) y los de 2012, y puedo afirmarlo: esta gente está empezando a hacer cosas bonitas y emocionantes, sobre todo con la garnacha de su tierra. He visto los viñedos: desde la llanura, aunque a 800 msnm, de Finca Seroles (única donde la plantación en vaso, de 85 años, ha sido reconducida en alzada a los alambres de la espaldera, sobre un suelo de arena granítica que da frescura a los vinos), de donde saldrá su próximo vino Carnaval (en honor al pueblo de Cebreros, que es donde están sus viñedos), hasta las importantes laderas (algunas en bancales muy antiguos), de donde salen sus vinos de La Movida y el nuevo Doble Punta ("doble punta" porque ellos son como dos puntas de distintos, que no distantes…; y porque esas tierras están pobladas de cristales de cuarzo de doble punta). Este viñedo es especialmente bonito (terruño pizarroso: foto superior), como en un anfiteatro mirando al naciente y al sur y con cepas de 70/80 años de garnacha en vaso que hay que cavar con azadón una a una (no hay otra....) y arar (una sola vez) con caballo. Dejan que la hierba y las plantas aromáticas hagan su trabajo (con los insectos y, por qué no decirlo, con algunos aromas que son bien identificables en sus vinos. Abonan en orgánico.
Podan tarde para que la cepa no reconozca la nueva vida y no arranque su camino explosivo antes de que las heladas de primavera hayan pasado. Siguen las lunas y hacen las cosas con paciencia, cariño y atención. La tierra ya se lo agradece porque es de los viñedos que he visitado que más biodiversidad tenía. Y los vinos irán siguiendo ese camino. 2010 fue casi, para mí, todavía una Prueba de Autores, pero 2011 y 2012 son ya otro cantar. Usan el raspón cuando lo creen necesario (con el Doble Punta al 100%), no clarifican, no filtran y estabilizan sus vinos por frío natural. En el caso del Carnaval 2012 usan la maceración semicarbónica. Es un vino fresco y goloso, pura mineralidad de granito con algo de carbónico integrado, que ha pasado unos meses en barricas viejas (4-5 años) y es fruta roja de frambuesa y fresa silvestre. El Movida (tanto el 2011 como el 2012) es un vino más “prioratino”, con tomillo, sotobosque, hinojo silvestre y grosella negra pero en boca tiene una gran acidez y es largo largo, penetrante. El Movida Laderas tiene más aroma de flores en primavera, más vegetal y fresco (un recuerdo de piel de mandarina en boca), más de jara. Y el Doble Punta 2012 será un vinazo, sin más, muy fresco pero austero, algo rústico, vegetal y astringente, monte bajo, olivos y mucha zarzamora. Exigente con el bebedor pero muy agradecido. Los de Maldivinas llevan una buena vida en el campo y sus vinos (por cierto, hechos en un "vivero" de talentos vínicos enorme: la cooperativa de El Barraco, donde alquilan espacios) lo reflejan cada vez más. Mariquitas en el viñedo Doble Punta de Maldivinas

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