Terminó la estancia en Mallorca. No me atrevo ya a llamarla "vacación". Vago, cierto. Huelgo, también. Pero sobre todo busco. Tiene poco que ver esta breve nota, quizá, con el mundo de la gastronomía (en ella, por supuesto, el del vino), que es el tema fundamental de este blog. O no, puede que tenga mucho que ver, puede que tenga todo que ver. Quiero terminar esta estancia y sus fogonazos con la bella, imprescindible, reflexión con que Nuccio Ordine concluye su libro La utilitat de l'inútil (Quaderns Crema, Barcelona, 2013, pp. 129-130).
Propone Ordine un texto de Lessing (mi traducción del catalán): "el valor del ser humano no radica en la verdad que se posee o cree poseer, sino en el sincero esfuerzo que se hace por conseguirla. Porque las fuerzas que incrementan su perfección sólo se amplían con la búsqueda de la verdad, no con su posesión. La posesión pacifica, vuelve indolente y orgulloso".
Comenta Ordine: "son palabras, las de Lessing, que nos hacen vibrar las cuerdas del corazón...un utilísimo instrumento para recordarnos que la posesión y el beneficio matan, mientras que la búsqueda, desvinculada de cualquier utilitarismo, puede hacer que la humanidad se vuelva más libre, más tolerante y más humana".
No me voy. Me quedo. Allí donde esté, sigo buscando por el placer de buscar. Quiero seguir sabiendo para no llegar a ninguna parte. Saber para compartir. Saber y conocer. No quiero poseer ni dominar. Abandono la pretensión de poseer: "saber convivir con el riesgo de la pérdida significa aceptar la fragilidad y la precariedad del amor". Entender sin querer llegar. Siempre buscar para compartir. Seguir en el camino con la actitud de Lessing y de Ordine. Han sido unos días de intenso aprendizaje.