Revista Cocina
Sé que si tuviera todas las mañanas libres del mundo para mi o trabajara por libre y pudiera organizarme a mi antojo, no disfrutaría como hago ahora esos días que de vez en cuando tengo para mi. Momentos que uno debería tomarse con cierta regularidad para cudiarse, mimarse y escucharse. En realidad es indiferente lo que se haga, querer demasiado a veces nos corta las mismas alas del deseo. Disfrutar de un rico desayuno a solas, escuchar incluso como vas saboreando cada bocado, leer y música de fondo… Basta.
Un desayuno a solas en Granja Petitbo