Pau y Marc tratan de taponar a Nowitzki - EFE.
No ha habido nunca un espectador más singular en un partido de España que Pau Gasol, que tuvo que ver lesionado los últimos minutos de las semifinales del Mundial de Japón ante Argentina y saltó con muletas como un aficionado -sin poder jugar- en la final ante Grecia, el día que la selección se proclamó la mejor del mundo. El grupo se conjuró para que no se notase la ausencia del líder, entre ellos su hermano Marc, llegado a última hora y finalmente clave. Cinco años después Marc es imprescindible y Pau continúa siendo el líder por calidad, puntos y golpes en la mesa como el dado contra la Alemania de Dirk Nowitzki. Porque Pau cuajó una actuación estupenda en la segunda parte con el tobillo izquierdo hinchado y después de quedarse a cero al descanso. Acabó con 19 puntos, además de siete rebotes y una asistencia, números exactos a los de Nowitzki en un partido grandioso de Marc (24 tantos) y también de Ricky y San Emeterio, por fin recuperados para la causa. España empezó con un triunfo la segunda fase y está a una victoria de clasificarse para cuartos. Serbia, el viernes, y Francia, el domingo, serán sus próximos rivales.
No por sabido deja de sorprender. Vaya par de hermanos tiene España y qué grupo tiene, aunque el seleccionador se empeñe en exprimir a unos y no dar casi bola a otros, lo que reduce su potencial. Esta vez la selección cuadró un último cuarto en condiciones y ganó un encuentro difícil con una actuación coral, sellada con un alley-oop de Pau Gasol, que presentó dos versiones diferentes, una en cada parte.
Inicio irregular
España empezó agarrotada como el tobillo de su estrella. Estuvo imprecisa en los tiros, pero apañada en defensa, en un inicio de muy poco acierto. De hecho, Nowitzki -defendido por Pau, era el duelo publicitado- tardó más de ocho minutos en anotar. Fue un triple que supuso el 12-8. Su técnico le cambió por Schultze, una concesión que España aprovechó de inmediato: surgieron Navarro y apareció de nuevo Marc Gasol, el más regular del plantel en el Eurobásket y el único de los titulares presente al comienzo del segundo cuarto. El primer gran momento de lucidez del grupo de Scariolo, compacto y decidido, con Ricky como maestro de ceremonias y San Emeterio -el único suplente que anotó- con los focos, resurgiendo con dos triples (18-26). Sin embargo, con la misma facilidad y agobiada por Nowitzki y el omnipresente Kaman -nueve puntos y ocho rebotes- se dejó remontar hasta el empate a 33. De nuevo surgió Marc para sacarle un dos más uno al jugador de los Mavericks.
Pau se fue cojeando y con mala cara a los vestuarios, y volvió como lo que es, un coloso: emuló a su hermano para sacarle una canasta más tiro adicional a Nowitzki y aportar diez puntos en el tercer cuarto. Se unió con su hermano Marc y juntos distanciaron a España (41-49 a los 23m 17s), hasta que España se colapsó en defensa, palideció en el rebote y recibió varias canastas inexplicables, un regalo para Herber, Hamann o Nowitzki, que anotó su última canasta para poner en ventaja a su selección por última vez (57-56 a 9m 36s). A partir de ahí parcial de 9-21 para una España fresca y entera con San Emeterio recordando quién es -el MVP de la Liga ACB, por ejemplo-, Ricky olvidando quién fue el año pasado -es decir, aportando su lado más genial- y Navarro y Pau siendo cómo son casi siempre para concretar un triunfo en el que un par de hermanos se repartieron 43 puntos y resurgieron jugadores que deben ser importantes en este grupo. Felicidad doble.
ALEMANIA 68 (15+18+22+13): Benzing (10), Hamann (7), Schaffartzik (7), Kaman (15) y Nowitzki (19) -quinteto inicial-, Herber (7), Schultze, Schwethelm (3), Pleiss y Staiger. ESPAÑA 77 (16+20+20+21): Pau Gasol (19), Rudy (6), Navarro (14), Calderón (2) y Marc Gasol (24) -quinteto inicial-, Reyes, Ricky, San Emeterio (12), Llull e Ibaka. Árbitros: Christos Christodoulou (GRE), Fernando Rocha (POR) y Marek Cmikiewciz (POL). Sin eliminados. Incidencias: partido correspondiente a la primera jornada de la segunda fase del Grupo E del Eurobasket disputado en el Siemens Arena de la capital lituana, Vilna, ante unos 3.500 espectadores.