Año: 2011
Género: Drama.
País: Estados Unidos.
Duración: 102 minutos.
Dirección: Sean Durkin.
Intérpretes: Elizabeth Olsen, Sarah Paulson, Hugh Dancy, John Hawkes, Brady Corbet, Louisa Krause.
"Martha es una joven que sufre un repentino trastorno mental en medio de su intento de recuperar una vida normal tras escapar de una secta y de su carismático líder. Busca ayuda en su hermana mayor Lucy, de la que estaba distanciada, y en su cuñado, pero Martha no tiene ni capacidad ni voluntad para revelar la verdad sobre su desaparición. Cuando sus recuerdos desencadenan la aterradora paranoia de que su antigua secta podría aún estar acosándola, la línea entre ilusión y realidad empieza a difuminarse para Martha."
Mientras los minutos de Martha Marcy May Marlene iban corriendo, no pude dejar de sentir una sensación de perturbamiento absoluto mientras la protagonista, Martha, intenta despegarse (sin conseguirlo) de uno de los eventos más traumáticos y significativos de su vida. A medida que avanzamos en este tortuoso camino, bordeando el horror puro, podemos apreciar también el nacimiento de una estrella: Elizabeth Olsen.
En mi memoria, esta es una de las únicas películas que retratan a un culto de una manera espeluznantemente humana: ellos viven de la tierra, tienen sus propias reglas, retorcidas, pero reglas al fina, y hacen crecer su rebaño, por llamarlo de alguna manera, atrayendo gente joven, ingenua y sin rumbo en la vida. Es raro ver entonces cómo una joven tan perspicaz y avispada como Martha haya caído en las redes del calmo pero pérfido Patrick y su grupo, pero hay tantas cosas que no sabemos de la vida anterior de Martha, y hay tan pocas cosas que la película apenas difumina en ese aspecto que es tarea del espectador imaginar los detalles que faltan.
Por razones tampoco muy claras, Martha escapa del culto y llega hasta una seguridad latente, cuando su hermana mayor la acoge en su hogar, pero los resultados del lavaje de cerebro y de la filosofía de vida de Patrick ya ha afectado lo suficiente a Martha como para dejarla en un estado de paranoia absoluto, totalmente perdida entre lo que es el pasado, el presente y sus memorias.
Es difícil no sentirse apenado por la situación de Martha y su familia. Años han pasado las hermanas sin verse, y cuando finalmente se reúnen, la menor presenta un comportamiento inusual y bastante errático que desconcierta a la sangre de su sangre. Este comportamiento está tan bien interpretado por la novata Elizabeth Olsen que casi casi se siente como si la historia fuese verídica y realmente existiera Martha. De seguro, existen muchos casos parecidos, pero la película se siente casi como un documental antes que una ficción gracias al tremendo trabajo de Olsen, quien ya deja oir los rumores de Oscar. El duro elenco no hace más que resaltar a Elizabeth, con una Sarah Paulson frágil, vulnerable y eximia, un Hugh Dancy correcto y un escalofriante John Hawkes, que vuelve a lucir razones de por qué estuvo nominado por su trabajo en Winter's Bone.
La historia construída por el director y guionista Sean Durkin transmite más con imágenes que con palabras: hay planos de una belleza inusualmente triste y melancólica, aunque también hay momentos en los que se coquetea pesadamente con el horror puro y real, como la intrusión a las casas. Otros momentos hermosamente aterradores pueden ser la iniciación al culto, o la Canción de Martha, un tema interpretado por el propio John Hawkes que te lleva al borde de las lágrimas de la pena, la congoja y la desesperanza que compone. Si tuviese que describir a la película con una palabra, esa sería desesperanza.
Hablando del abrupto final que tiene la película, tengo dos teorías que siempre encajan, o es la una o es la otra: la primera, es que los directores dejan finales ambiguos para que uno construya el que pasa después en su mente y elija su porpia historia; la segunda, es que al finalizar la pelícual no tenían un final satisfactorio para ofrecer y dejan el panorama abierto. Quiero creer que en este caso es la primera opción, pero el final es tan rotundo que tuve que investigar diferentes opciones hasta centrarme en qué podrái significar ese final.
Martha Marcy May Marlene es uan historia profunda y difícil, deprimente y desoladora, conducida por una potente Elizabeth Olsen difícil de olvidar, un elenco regio y un director atento y entregado. Imperdible.
Calificación: B+