Marwan en el concierto de ValladolidFotografías de Antonio Sánchez
El sábado 5 de noviembre, el cantautor madrileño, Marwan, presentó su último disco Las cosas que no pude responder, en el Café España de Valladolid. El aforo del pequeño local estaba completo.
El cantante y compositor de raíces palestino-españolas, volvió una vez más a tocar en la ciudad del Pisuerga, de la mano de Cuadrilátero Cultural, esta vez vino con un nuevo disco y un libro de poemas bajo el brazo. Este habitual del circuito pucelano de conciertos ofreció a todos sus seguidores un show de dos horas, cargado de sentimientos a flor de piel y también de risas, como es ya costumbre en todos sus espectáculos.
La sesión comenzó a las nueve y media de la noche. Una hora antes el bar comenzaba a llenarse de gente buscando un buen sitio y de bastantes rezagados comprando su entrada en el último momento.
Nada más salir al escenario el público pudo apreciar la gran novedad; no venía solo, sino que traía la mejor compañía que sus fans pudieran esperar, al timidísimo pero diestro violinista, Marino Saiz. A pesar de su juventud ha tocado con artistas de la talla de Luis Ramiro, Andrés Lewin, David Moya, y otros tantos del circuito madrileño. Además de lanzarse como cantautor de guitarra y voz con canciones de ácidas letras: Dos caramelos y Cinco segundos.
El violinista Marino Saiz
Comenzó tocando tres temas del nuevo disco y alternándolos con historias y explicaciones sobre las mismas, que acostumbran a divertir y encantar a los asistentes, lo que crea un diálogo muy agradecido.
Confianza y cercanía como siempre, pero nuevas letras, nuevos ritmos y también un pequeño recital poético en el ecuador del espectáculo sorprendieron a los vallisoletanos y gente venida de otras partes, como Salamanca o Cantabria.
Marwan leyó algunos fragmentos de su primer poemario, La triste historia de tu cuerpo sobre el mío (Origami, 2011), y aunque parece ser que entona mejor de lo que declama, los versos eran muy hermosos y el público se lo hizo saber con suspiros y aplausos.
Marwan leyendo algunos poemas
Y es que sus composiciones tanto musicales como literarias hablan de sentimientos universales contados desde el yo más íntimo y personal. Consiguiendo de esta forma que sus fans se sientan reflejados en las letras y vean sus historias presentes y pasadas flotar por la sala, acompañadas de sencillas melodías.
Después presentó uno de sus libros favoritos El amor dura tres años de Frédéric Beigbeder (Anagrama, 2003) y leyó párrafos para explicar alguna de sus canciones y poemas y continuar así el hilo del concierto.
El Café España lleno de gente
Los últimos momentos fueron los de mayor magia. Marwan decidió fusionarse con sus seguidores y acercarse a los que en las últimas filas tuvieron que ver el concierto de pie y desde el fondo de la sala. Y con Marino, que con su compañía y sus gestos logró llenar de pequeños matices el concierto y llevarse de nuestra ciudad nuevos seguidores, se subió a una mesa en el centro del bar y tocaron desde allí algunas canciones.
Dos intensas horas de música, que dejaron a todos con el paladar lleno de texturas y de sueños, y algún rato más de fotos, firmas y palabras con los asistentes, hacen de Marwan un artista cercano y humilde que desprende cultura y sentimientos en todas sus facetas.
Texto de Silvia Rodríguez Rico