El mes de julio vive una explosión de aves jóvenes como ningún otro en el año. Son una enorme cantidad de parejas las que culminan su periodo de cría en esta época, ya sea su primera y única nidada, la segunda o incluso la tercera. En consecuencia nuestra campiña se inunda de jóvenes volanderos, entre ellos de zarcero común, o como se denomina ahora zarcero políglota Hippolais polyglotta, como los que pude observar ayer en el pueblo de Zeluán.
El zarcero común es un migrador total, cría en el SO de Europa e inverna en el oeste de África en una franja al sur del Sahel.
Cada especie de migrante tiene sus propias estrategias. La del zarcero consiste en no realizar la muda postnupcial hasta que llega a sus cuarteles de invierno. Por eso nos abandona muy rápido, el periodo principal de migración se desarrolla en agosto, mes en el que se observan aquí las últimas aves del año, pudiendo prolongarse en algunas zonas hasta la primera quincena de septiembre.
A pesar de su relativamente escasa zona de cría el zarcero común no es un ave escasa, de acuerdo a la Lista Roja de la UICN: son quizá entre 15 y 20 millones los que emprenden el viaje de retorno a África, entre adultas y jóvenes. Además, como comenté en una entrada reciente, se trata de una especie en expansión en los últimos años.