Revista Cocina
Este sábado fue el bautizo de Jesús, hijo de mis sobrinos. No os tengo que decir que nos tiene locos a todos, ya que por nuestra parte es el primero de su generación y además, niño, que en mi casa no entraba un varón desde que nació mi hermano, hace ya taitantos años.Desde este verano estaba dándole vueltas a la cabeza sobre la polibilidad de regalarles una mesa dulce, aunque he de confesar que no les dije nada hasta hace muy poquito, porque al principio no estaba segura de ser capaz de hacerla.Ahora sí que puedo decir que se puede. ¡Sí que se puede!, aunque reconozco que ha sido mucho trabajo, pero merece la pena.
Es muy importante la organización. Para mí Pinterest ha sido mi libro de cabecera durante dos meses, y si visitáis mi perfil encontraréis dos tableros llenos de ideas y tutoriales, como el de Mesas dulces o Galletas decoradas.Lo primero que hice fue hacer un esquema de lo que quería hacer: medí el espacio que tenía y en un papel dibujé más o menos lo que quería poner.A partir de aquí, me organicé haciendo primero las "manualidades" como el banderín con su nombre (internet está plagado de webs para descargártelos gratis), o adornando las botellas para los batidos de los niños (son de plástico y les puse una blonda pequeña con un lacito azul)
El primer dulce que hice, evidentemente fueron las galletas decoradas, que horneé un mes antes y fui decorando poco a poco con sus correspondientes tiempos de secado. He de decir que son las primeras que hago desde que hice el curso hace año y medio, por lo que no salieron perfectas, pero sí aceptables.
Decidí envolver algunas en bolsitas y ponerles una etiqueta con el nombre y fecha del bautizo, para que se pudieran guardar de recuerdo.
La reina de la mesa tenía que ser la tarta, y fue la que más quebraderos me dió, ya que aunque las tartas de fondant son espectaculares, yo no lo he trabajado mucho, salvo para hacer alguna figurita facilona que he puesto en alguna tarta. Además en casa no somos muy fans del fondant, y yo quería que además de bonita, se la comieran con gusto. Lo que sí nos encanta es el frosting o crema de queso así que estuve buscando ideas hasta que me topé con esta maravilla, que además es fácil de hacer:
La tarta está realizada con un simple bizcocho de yogurt al que le eché colorante azul. Lo calé con una mezcla de agua y azúcar y lo rellené de una fina capa de mermelada de fresa y otra de frosting de queso, en color blanco. Como ves es muy fácil de montar: una tarta redonda grande, a la que le quitamos un poco menos de la cuarta parte, y dos más pequeñítas, que harán de ruedas. Con la boquilla de estrella 1M de Wilton, hice las pequeñas rosas blancas y los rosetones de los bordes. Utilicé una boquilla estriada sólo por un lado, para los bordes de las ruedas y las líneas de los cantos. Para las varillas de la capota del coche, usé una boquilla lisa.
Como la tarta era muy grande, no quise hacer cupcakes ni cakepops, ya que al final era más de lo mismo, así que opté por una rocas de chocolate (pronto te pondré la receta) y unas galletas craqueladas de almendra.
Unas galletas que me encantan son las galletas de coco y vainilla y otros dulces que nos gustan mucho son los almendrados, que hice en versión mini.
A petición de mi hermano, preparé dos fuentes de arroz con leche y fue un acierto.
Unas galletas que probé para esta mesa fueron los besitos de nuez, de las que también pondré muy pronto la receta. Y para adornar la mesa, hice dos arbolitos con nubes azules muy fáciles y que quedaron muy bonitos... y ¡ricos!!
Como ves, son cosas fáciles, que se preparan rápido: los almendrados los hice una semana antes, los bizcochos de la tarta, dos días antes y los rellené la víspera, para terminar de montarla esa misma mañana (más que nada porque era muy grande y no me fié de bajarla en el coche sin que corriera el peligro de morir en el camino)El resto de las galletas las hice entre uno y dos días antes, así que nada que una persona que trabaja por las mañanas fuera de casa y que sólo dispone de un rato por las tardes, no pueda hacer. ¿Te animas?