La primera vez que vi Metrópolis en mi vida no me acercaba a los 10 años. Mi padre, fanático de Queen, compró la película con aquella original banda sonora. Recuerdo aquel juego del pilla-pilla en mitad del parque y la inmensa fábrica. Años después la volví a ver para un trabajo en la universidad, esta vez con otros sonidos (el VHS de mi padre ya había quedado obsoleto) y me volvió a impactar uno de los detalles que albergaba en la memoria: la fábrica.
Tras un gran trabajo de restauración y el hallazgo de 20 minutos más de metraje, he vuelto a verla de nuevo, y me sigue pasando exactamente lo mismo.
Metrópolis es esa película que cualquiera que se sienta oprimido debería ver. A mí me parece una obra colosal, a pesar de que nunca me he aficionado por las películas mudas, y nunca jamás me canso de ver esas soberbias máquinas del submundo, esos movimientos mecánicos de los obreros, esa ciudad de edificios superpuestos... Por cierto que para Fritz Lang en el año 2000 nuestros vehículos ya se movían por el cielo, una obsesión muy de director de cine que parece que no hay manera de que pase. Es realmente el poder de la imagen sobre el texto, lo que me hace plantearme que es perfecto que sea muda, porque a base de guión se apaciguaría gran parte de su fuerza.
En fin, que me ha vuelto a emocionar y a reafirmar en mis opiniones. Gran obra maestra.