Revista Pareja

Mi pareja sigue hablando con su ex

Por Cristina Lago @CrisMalago

hablarcon ex

O tu ex, o yo. La presencia de terceros en una relación, puede ser un problema persistente y molesto en la pareja. Celos, desconfianza, miedos…¿Cómo actuar cuando el pasado está demasiado presente? 

Samuel y Lidia se conocieron tiempo después de sus respectivos divorcios. Ambos tienen dos hijos de sus anteriores relaciones y en el caso de ella, mantiene una excelente relación con su ex. Tan excelente que él sigue asistiendo a todos los eventos familiares de ella, hablan constantemente, se cuentan todo tipo de confidencias e intimidades y quedan a solas al menos una vez a la semana. Al principio, Samuel no se preocupa: al contrario, piensa en lo sano que es que su pareja pueda tener tan buena amistad con su ex marido. Pero con el tiempo, empieza a sentirse como un personaje secundario de su propia relación. Actualmente, Samuel se encuentra en una encrucijada. Quiere a Lidia y piensa que no tiene ningún derecho a exigirle que abandone la amistad con su ex, pero el tema le está quemando cada vez más y siente que cualquier día, no podrá más y explotará delante de ella. 

El dilema de Samuel es un dilema común. En su caso, el contacto con las ex parejas es inevitable, al compartir hijos en común y ¿no es lo ideal tener una buena amistad en esta situación? El problema de Samuel es que respeta tanto a Lidia (o tiene tanto miedo de perderla) que prefiere ignorar sus propios sentimientos antes que disgustarla, o pintar una imagen de sí mismo ante ella como alguien dependiente, inseguro y anticuado. Que Lidia mantenga una relación estrecha con el padre de sus hijos, no es nada malo. Que Samuel se sienta mal por ello, tampoco. En un caso como éste, ambos debieran dialogar, expresarse e intentar llegar a un punto intermedio. Ver si hay una disposición a comprender y negociar. 

Para muchas personas, mantenerbuenas amistades con el ex, es algo contra natura. Incluso hace poco a este respecto salió un curioso estudio estadounidense que afirmaba con la mayor naturalidad que mantener contacto con un ex podría indicar una personalidad narcisista o psicópata.  Dejando aparte estas vertientes tan oscuras, los motivos más comunes para conservar un ex en tu vida, son:

  1. Como hemos comentado, tener hijos en común.
  2. Apego y cariño: a pesar de no funcionar la relación de pareja, se ha podido reconstruir una amistad. Más común en relaciones que terminan de mutuo de acuerdo.
  3. Evitación del proceso de duelo: común en rupturas desiguales. La persona que deja o la persona dejada se aferra al ex para no afrontar el sentimiento de pérdida.
  4. Esperanza de recuperación: la persona dejada sigue alimentando la esperanza de que el o la ex regresen.
  5. Dependencia: cuando alguien mantiene una relación demandante con el ex, esperando que siga ocupándose de su seguridad, protección o respaldo afectivo como si todavía fueran pareja.
  6. Por los viejos tiempos: la relación menos inquietante para una nueva pareja. No se mantiene una amistad, pero se felicita el cumpleaños y la Navidad a la ex pareja en honor a lo vivido.

A partir de un cierto punto de nuestras vidas, todos tenemos ex parejas. Hay varias corrientes de opinión al respecto de cómo debería accionarse con respecto al asunto. En mi opinión la opción más saludable pasa por darse un tiempo antes de plantearse si tener o no tener una amistad con esta persona que fue mucho más que un amigo. Esta opción supone un saneamiento de los patrones dependientes que hemos establecido en la relación, así como sus costumbres, rutinas y apegos, lo que nos da la oportunidad a desarrollar una relación futura con esa persona en términos equilibrados y dando la oportunidad de transmutar un vínculo a otro sin tiempo para que nuestro cerebro pueda digerir el cambio.

Si tu pareja es quien mantiene contacto con su ex y esto te resulta molesto, doloroso o inquietante, evalúa primero qué es exactamente lo que te molesta y si se trata de un problema de la relación o bien un problema contigo mismo. Que te sientas mal porque la ex pareja de tu compañero/a está metido en vuestras vidas hasta en la sopa, hasta el punto de no saber si una prioridad u opción, es un motivo de conflicto que incide en ambos miembros de la relación. Si te llevan los demonios que tu pareja felicite a su ex en Navidades o que queden a tomarse una cerveza dos veces al año, siento decirte que el problema es tuyo.

¿Donde fuego hubo, cenizas queman? A veces
sí, a veces no. Pero existen las mismas posibilidades de que se aviven unas cenizas apagadas, que de que surjan nuevas llamas con cualquier amigo o amiga al que veamos con cierta frecuencia. Malas noticias para quienes necesitan controlar lo que sienten, lo que sienten los demás, o lo que puede pasar o no pasar: el amor, el enamoramiento, siempre tiene un componente profundamente misterioso y aleatorio. Se puede dejar de amar a una persona a la que se amó; se puede amar a una persona a la que nunca se ha amado; un enamoramiento puede brotar de la situación más inesperada y sin embargo, se puede estar años persistiendo tras alguien a quien deseamos y no lograr nada.

Hablar o no hablar. Esa es la cuestión.

Ante la duda, comunicación. No siempre el diálogo resuelve el problema. Pero en primera instancia, antes de dejar pasar los días acumulando rumiaciones mentales, la opción más saludable es intentar sacar el tema con la mayor naturalidad. A fin de cuentas, las anteriores relaciones de tu pareja son parte de sus recuerdos, experiencias y aprendizajes vitales, no importa si la relación fue estupenda o fue más mala que una maldición egipcia. Antes de juzgar o temer, intentemos guardar silencio, entender y escuchar.

Si consideras abusiva la situación, si te sientes realmente muy desplazado: si se te ningunea, no se te da tu lugar y caben de sobra sospechas de que has sido la segunda opción detrás del ex de turno: y los hechos que contemplas corroboran sobradamente estas sensaciones, no sólo intenta dialogar con tu pareja, sino que también evalúa si realmente tiene sentido permanecer en esa relación. Puede que tu compañero o compañera se sientan todavía emocionalmente dependientes de sus ex parejas, pero tienen que reflexionar si están dispuestos a dejar atrás esa dependencia para construir una historia contigo. En este caso, no temas hablar con firmeza y pedir una clara decisión al respecto.

Finalmente, Samuel habló con Lidia. Le dijo que no estaba a gusto con la situación y que le parecía que su ex interfería demasiado en la vida de ambos. Que respetaba totalmente la amistad, pero que no estaba cómodo en una relación en estas condiciones. Ella lo comprendió y fue desapegándose progresivamente de la ex pareja: a día de hoy, siguen manteniendo una buena relación, aunque cada uno está más enfocado en su nueva vida. El comportamiento de Samuel con respecto a este problema que asertivo y respetuoso, pero firme. No quería una relación á trois, ni tampoco quería obligar a nadie a nada, así que sus opciones eran proponer un cambio o acabar dejando la propia relación.

La experiencia nos muestra que es beneficioso saber cerrar ciclos de nuestras vidas y dar espacio a las nuevas relaciones, por mucha pereza que nos pueda dar salir de la zona de confort que a veces nos proporcionan estas amistades que se entremezclan con dependencias hacia situaciones pasadas

Las personas felices no tienen pasado, afirmaba Simone de Beauvoir. No estoy de acuerdo. Las personas felices también tienen pasado, simplemente no permiten que el pasado tenga más peso que el presente. 

 

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