Revista Cultura y Ocio

Miembro fantasma

Por Humbertodib
Miembro fantasmaOlaf perdió el dedo índice de la mano derecha en un accidente con una sierra eléctrica cuando intentaba cortar un listón de madera para reparar los escalones de la entrada de su casa. El dedo quedó reducido a un amasijo amorfo y macabro, no hubo forma de recuperar nada como para considerar la posibilidad de un reimplante. Sin embargo, en su vida la desgracia tuvo un impacto mucho menor del que imaginaron sus familiares, pues desde un principio (y por muchos años) Olaf negó que le faltase un dedo. Cuando le preguntaban dónde estaba tal o cual objeto, solía indicar el lugar con ese espectro inquietante, y hasta se lo llevaba a la nariz para rascarse cuando le picaba. Decía que su índice estaba allí porque lo sentía, aseguraba que el error era de los que no podían verlo, siendo algo tan obvio. Psiquiatras, neurólogos y fisiólogos trataron de convencerlo de que se trataba de una ilusión de los sentidos, de una maquinación de la mente… En fin, de un miembro fantasma. Lo cierto es que semejante ataque de la Comunidad de los Completos acabó por desmoronar las convicciones de Olaf y lo abismó en una fatal depresión. Se sentía tan abrumado e inválido que no conseguía realizar la tarea más sencilla, como abrocharse la camisa o levantar un papel del piso. Olaf no pudo soportarlo, se disparó un tiro en la cabeza, jalando el gatillo con el dedo índice de la mano derecha, por supuesto.

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