Las críticas de Manuel M: Mientras duermes
¿Miedo? No. ¿Terror? Tampoco. ¿Suspense? No demasiado, porque en poco tiempo el espectador capta perfectamente la trama. Es, por encima de todo, una sensación de angustia, de desagrado, de asombro ante la maldad humana, ante los recovecos de una mente enferma lo que Mientras Duermes provoca en los acongojados espectadores. Luis Tosar lo ha vuelto a hacer. Después de convertirse en el preso más carismático de España en Celda 211, ahora va a provocar en más de una comunidad de vecinos que miremos al portero con un aire de desconfianza y gravedad como antes no se había conocido.
La excelente ambientación, apoyada por una cuidada fotografía, y una banda sonora realmente excelente, apoya el desarrollo de una trama que se va oscureciendo cada vez más y más. En algunos momentos de hecho, constituye un violento contrapunto, entre lo crudo de las imágenes y lo 'casual' de las canciones. Sin duda es un aspecto (otro más) de la película muy conseguido.
La trama nos muestra a Cesar (Tosar) un portero que al principio parece la persona más normal del mundo...pero que según se nos van desvelando sus actos a cada momento, al espectador no le cabe sino comenzar a sentir un sudor frío y un estremecimiento, espectante por descubrir cual será la siguiente salvajada con la que Cesar espera acosar a su víctima, Clara (genialmente interpretada por Marta Etura). Para mayor desasosiego, la única que le hace frente, y le juega de tú a tú, es una niñita rubia (Iris Almeida), que, gracias a una interpretación también realmente impactante, nos hace sentir al principio casi lástima por el villano...casi. Hasta que la película pasa de mostrarnos un psicópata, a atisbar a un auténtico monstruo, por el que sólo podemos sentir el más absoluto de los desprecios...al tiempo que alabamos a Balagueró, el director, por ser capaz de perjeñar un film tan inquietante, tan conseguido, y con una factura casi perfecta. A ello le ha ayudado Tosar, con una interpretación impecable, cierto, pero también un reparto con secundarios formidables, reseñando, aparte de los mencionados, a Alberto San Juan o Petra Martínez.
Fenomenal película, sin duda. No es miedo, no es terror, es desconfianza en el ser humano y asombro ante las cotas de locura que pueden servir de motivación al ser humano.
Que aproveche.