Aunque no es numerosa, la curruca zarcera si resulta regular en este paso migratorio por la costa asturiana. Se reconoce bien por el panel rojizo de sus coberteras alares. Suele mantenerse a resguardo entre el matorral, saliendo poco al descubierto. Además es esquiva e inquieta, moviéndose casi de continuo, y en cuanto nos detecta se esconde casi de inmediato. Estos dos ejemplares que vi en Peñas se movían entre el brezal y me permitieron observarlos durante un tiempo un poco más largo de lo normal.
