Mucha gente que comienza con la observación de aves se sorprende que en esta época se puedan registrar ciertas especies. Y es que en migración postnupcial se observan muchos pájaros, seguramente más que en otras épocas del año. La principal razón radica en que bastantes especies presentan una migración diferencial. Un ejemplo paradigmático es el papamoscas cerrojillo.
La migración postnupcial del papamoscas cerrojillo discurre por el oeste, atravesando el Cantábrico, mientras que la prenupcial tiene una componente más oriental. Por eso en primavera apenas se observa en Asturias; en agosto y septiembre sin embargo es numeroso, con caídas de migrantes muy frecuentes. Las fotos de esta entrada por ejemplo corresponden a un grupo de 12 aves que pude ver en un tramo de bosques de ribera de apenas 300 metros (en esta otra entrada comento como es el campo mágnetico terrestre el que guía su migración).
Teniendo esto en cuenta nos encontramos con que hay algunos pájaros que parecen más numerosos que otros. Esta percepción depende de diversos factores. Así, una especie que se detenga en lugares abiertos, y en lugares frecuentados por los observadores, parecerá sin duda frecuente. El caso más claro es la collalba gris, cuyos grupos se detienen en prados y tierras de labor de la costa.
y también la tarabilla norteña, que se detiene también en espacios abiertos, compartiendo muchas veces el hábitat.
Otras especies parecen abundantes en esta época simplemente porque son muy frecuentes, el ejemplo más claro es el mosquitero musical, una de las aves más numerosas de Europa.
Sin embargo otras especies parecen quizá más escasas de lo que realmente son, como por ejemplo el colirrojo real, que busca el refugio de árboles y arbustos, y es además muy esquivo.
Otro caso llamativo es el de la curruca zarcera, que suele refugiarse entre las zarzas, esta es una de las pocas que he podido observar esta temporada al descubierto.
Otras especies parecen más escasas de lo que realmente son, porque ocupan hábitats muy concretos, es el caso de las especies propias del carrizal, como el carricero común.
Y hay algunas que sí son claramente escasas, y producen muy pocos registros cada año. Un ejemplo puede ser el de la curruca mosquitera, que podemos ver en esta fotografía que me cede amablemente mi compañero Alfonso Caso, vista en Gijón. El resto de fotos procede de esta temporada en el concejo de Gozón.