Esas cartas que cruzaban el charco y tardaban una eternidad en llegar a nuestras manos...
Las nuevas tecnologías arrinconan sin remedio ni piedad a otros adelantos que en su día revolucionaron el mundo pero que a día de hoy quedan desfasados.
Y uno de esos adelantos es la informática e internet. Ha supuesto un vuelco en las costumbres de la humanidad sólo equiparable, o ni eso, al impacto que en su momento supuso, allá por mediados del siglo pasado la televisión.
Supongo que como a mí me pasaba de niño que no entendía la vida sin la televisión "cómo se apañarían, qué harían" lo propio le pasará a las nuevas generaciones que no han experimentado la vida sin las ventajas que la informática y el mundo virtual nos proporciona.
Veíamos en la tele los programas que emitían sin posibilidad de elegir el momento de verlos, o los pillabas el vuelo o te los perdías para siempre. Y lo propio con las películas.
Ahora todo es a la carta, que ves las series de un tirón sin necesidad de esperar la cita semanal y las películas más de lo mismo. Todo son ventajas.
Hacíamos los deberes en casa sin más ayuda que la de nuestros progenitores, y si teníamos que hacer un trabajo íbamos a la biblioteca y lo más que podíamos era hacer fotocopias de los libros que nos interesaban. Llegabas a casa, redactabas el trabajo y lo tenías que pasar a máquina. y en esas vetustas máquinas de escribir mecánicas: no había delete ni teclas que nos permitieran retroceder para corregir los errores de nuestros torpes dedos ni el mágico botón derecho del ratón. Si te quivocabas tecleando en tu afán cde terminar cuanto antes el tecxtro la única solución era acudir al soccorrido tipex y darle porrazo a la teckla del error para rellenar la tinta de polvo blanco, del color del papel, y volver a arrear a la tecla con la letra correcta, y eso una y mil veces. Amén del molesto ruido del teclado. "niño, a ver si acabas ya con la máquina que ya tengo dolor de cabeza de tanto tac tac tac".
Y ahora, ni salir de casa, a wikipedia, vagos, o las webs que se estilen (que no estoy muy al caso) que seguramente te facilitarán el trabajo, y te ahorrarás de hacer esos penosos trabajitos.
Y una de las cosas que añoro, que también ha sido aniquilada en la era informática es la correspondencia epistolar, el comunicarte vía correo ordinario. En mis tiempos de adolescente estaba de moda mantener correspondencia con chic@s de tu edad de otros continente, preferentemente con América -por aquello del idioma , o con ese amigo, u amiga que habías hecho en tu último viaje a otra ciudad y que ya nunca más verías.
Ese abrir el buzón cada día con la esperanza de tener noticias de alguien que estaba en la otra punta del mundo, esa alegría cuando hallabas la carta en cuestión...
Son sensaciones, hábitos, experiencias que se han perdido por mor de la modernidad y en favor de nuestro disfrute, todo es más sencillo ahora, pero quizás esta sencillez haya ido en detrimento de ese romanticismo de otras épocas, no sé si me explico (seguro que no, pero eso va a días). Apreciar más las cosas por el hecho de que cuestan más.
En cualquier caso, me quedo con estos tiempos ¿cómo éramos capaces de vivir sin ordenador?, no me lo explico.
En fin, la imprenta, la radio, el cine, la televisión, internet,... ¿cuál será la próxima revolución que nos permita una mayor comodidad vital?
La vieja Olivetti lettera con su inseparable tipex .