Revista Cultura y Ocio
El joven Mike Wazowski está cada vez más cerca de ver su sueño hecho realidad. Acaba de ser admitido en Monsters University, prestigiosa institución donde estudiará para convertirse en el próximo gran "asustador". Sin embargo, no todo es tan fácil para Mike: le costará adaptarse, tendrá que enfrentarse a nuevos desafíos y conocerá a un monstruo que le cambiará para siempre, el peludo Sully.
En plena temporada veraniega, cuando abundan los estrenos de secuelas, nuevas versiones y reinicios de casi todo tipo de película, hasta los estudios de animación Pixar han sucumbido a esta tendencia e intentan sorprendernos con Monsters University. Lejos de la originalidad y el tratamiento sorprendente de películas como Buscando a Nemo, WALL·E o Up, en Pixar han comprobado lo rentable que les salió la tercera parte de Toy Story y han decidido sumarse a la fórmula de las secuelas con títulos como Cars 2 o la que hoy nos ocupa, Monsters University.
Situada unos años antes de lo sucedido en la indispensable Monstruos S.A., la precuela se centra en el personaje de Mike Wazowsky, su condición de monstruo distinto de los demás que le ha marcado desde la infancia y las aspiraciones que tiene respecto al futuro, por las que trabajará duramente en la universidad. La película no está mal del todo, entretiene, cuenta con momentos simpáticos, un mensaje que invita a aceptarse a uno mismo y respetar a los demás en la línea de lo visto en otras películas de Disney (como la reciente y brillante ¡Rompe Ralph!), contiene varios guiños a otras películas de Pixar y una parodia bastante curiosa del mundo universitario estadounidense y sus convenciones, que ya hemos visto en tantas otras películas. Pero, sinceramente, ¿a quién le interesaba ver cómo se conocieron Mike y Sully? La propuesta es totalmente arbitraria, se nota que busca aprovechar el tirón de unos personajes ya conocidos, y poco o nada aporta a lo ya mostrado en la genial Monstruos S.A. y el divertido e intenso mundo de monstruos que nos presentaba, con todo el asunto de la pequeña Boo y las puertas que daban al mundo de los humanos.
Aparte de algunas bromas simpáticas y del trabajo de actores que dan voz a los personajes en su versión original, como Steve Buscemi, Nathan Fillion, Helen Mirren, Billy Crystal o el imparable John Goodman, poco más se puede destacar de Monsters University. Cuenta con una banda sonora aceptable compuesta por un Randy Newman en horas bajas, personajes secundarios desdibujados, y una recreación de escenarios y de monstruos llamativa, pero no hay mucha más profundidad en esta película de Dan Scanlon, que debuta en la dirección tras llevar años en varios departamentos de Pixar. Como es habitual, un cortometraje de animación precede a la película. En esta ocasión se trata de The Blue Umbrella, una sencilla historia al estilo de Paper Man que presume de nuevas técnicas en animación que aportan un realismo inusual a las texturas.
Como anécdota, Monsters University resulta agradable y entretiene, pero desde luego no alcanza el nivel de la película madre, Monstruos S.A., que no puedo dejar de recomendar desde aquí. Eso sí, la pasión de Pixar por las secuelas no termina aquí, pues dentro de un año tendremos la segunda parte de Buscando a Nemo, titulada Buscando a Dori. Sencillamente, brillante.