La segunda visita a destacar fue la de un ejemplar de morito Plegadis falcinellus, que se posó de forma muy breve en la playa de Bañugues al inicio de la excursión. Apenas estuvo unos segundos entre las gaviotas, tras lo cual alzó el vuelo al pasar muy cerca un mariscador. El tiempo justo para obtener una instantánea para dejar constancia del acontecimiento, que me envía Santi Villa, el gerente de Spain birds y al que le quedo muy agradecido.
Hace un par de inviernos registramos una buena llegada de este ave tan rara por estas latitudes, así que a ver si se repite la circunstancia.
Por otro lado, comentar que el día 3 fue el último que registré el bando de garcilla bueyera Bubulcus ibis en los prados de Viodo, como se ve aquí encima de una buena pila de cucho, donde quizá habían pasado la noche.
Conté ese día un total de 19 aves, un bando que se movió a continuación a la zona de Zeluán, donde estuvo también unos pocos días.
