Es evidente que el Bar à vin del 5 de junio fue un hito en un camino que comenzó hace ya bastante tiempo. Un tiempo largo, duro y difícil. Nuestras vidas se ven envueltas en una serie de acontecimientos, muchos de los cuales no controlamos, y que nos enfrentan a la dura tarea de dejarnos llevar en una corriente que no tiene sentido combatir.
Hace tres años, Joan Gómez Pallarès me dijo que no podía dejar de asistir a lo que iba a ser el primer salón de vinos naturales. Y no sabía él ni yo la razón que tenía, pero también el berenjenal en el que me metía.
Intenté, desde somosene.com y desde este blog, emprender acciones que trascendían mis “obligaciones”. Me pasó lo que a la mayoría cuando saben que están ante el objeto de deseo, ante una puerta a la felicidad, ante algo que quieres en tu vida más allá de una crónica o dos. Yo quise que el vino natural entrara en mi vida y busqué las maneras de hacerlo. No todo fue un camino de rosas. Creo que rocé el intrusismo y se me hizo notar. Asumí. Pero no abandoné porque también sabía como sé ahora que el vino es de todos, que el buen beber en estas culturas mediterráneas es una obligación y que el buen humor y la suma de los esfuerzos es la única combinación posible.
Así hace más de un año comenzamos con Marc Lecha un camino juntos. ¿Sabemos vender vino? No. ¿Somos sumillieres? No. Sentimos pasión por el vino y tenemos sed de saber más, SI. Queremos convertirlo en nuestro sustento, bien sûr!
Hace más o menos dos años que estamos atravesando una crisis sin precedentes en nuestras vidas; ya no sólo económica, pero moral, de civilización. Nuestros trabajos y lo que significan entraron en profundo cuestionamiento. Por parte del sistema y por parte nuestra.
No queremos trabajar para otros y francamente sería difícil volver a hacerlo; pero sabemos también por la positiva, que el mundo cambió y que tenemos que cambiar nuestros esquemas mentales para enfrentar estas situaciones.
Hace unos cuatro o cinco meses decidimos tirarnos al agua y fuimos presentando diferentes proyectos en diferentes formatos a diferentes personas y hubo devoluciones. En general y con toda la buena onda la cosa no pintaba bien. Porque el mensaje no está claro, lo aclaramos; porque vender vino por internet es la cosa más puñetera que te puedes proponer; porque esto y porque aquello.
Salimos a la calle, buscamos locales, chocamos de bruces contra la administración pública que está definitivamente en contra de promover en serio el espíritu emprendedor del ciudadano, por lo menos en este país (Catalunya y España). Nos desmoralizamos. Casi que chocamos entre nosotros; era natural. La frustración termina por recaer sobre el que tienes al lado, el que te acompaña y al que acompañas.
Fuimos inteligentes y paramos a tiempo. Marc envió un mail diciendo paren las rotativas. Y así fue. Pero seguimos comiendo juntos cada día, nosotros con Claudio cocinando y Marc trayendo una o dos buenas botellas. Asi pasaron los amigos y los desconocidos. Elisabetta Foradori, Arianna Occhipinti, Manuel Formigo, Tom Lube (Matassa), Cyril Fhal (Clos du Rouge Gorge), etc etc etc.
Y los amigos, de entre ellos uno, Fredi Torres, alma matter y única en Saó del Coster. Quiero detenerme especialmente en este punto.
Se puso en contacto conmigo hace algo más de un año para invitarme al Tast amb Llops que organizaba y organiza en Gratallops para promover la idea de vinos de pueblo. Fui y fue el comienzo de una notable amistad. Sé que lo pongo nervioso ante alguna duda imperdonable en cuanto a vino se refiere. Pero fue mi hada madrina. Es el maestro por lejos. El ser paciente e impaciente; el que te pasa la mejor información y el que comparte los mejores vinos que tenga. El que por pudor, nunca bebe sus vinos contigo y por generosidad y una curiosidad a prueba de infinito, abre de todo y lo comparte. El que nos ha sacado a pasear por caminos que no hubiéramos recorrido sólos; el que abre su agenda y te la regala.
Fredi organizó nuestra visita a Galicia que tantos frutos ha dado. Nos llevó a la Côte Rôtie para subir sus colinas y apreciar el paisaje, para que pudiéramos distinguir entre suelos de cantos rodados y de arcilla.
Fredi, que estuvo con sus generosidad absoluta, presente este domingo 5 de junio, cuando pusimos fin a tantos meses de búsqueda y angustias y nos presentamos en sociedad como somos, ni más ni menos. Con nuestros errores y nuestras virtudes, pero creo por sobre todas las cosas, con las ganas combativas de ser felices, de romper moldes, de ser conscientes del mundo que nos toca vivir y de estar a la altura de acompañarlo.
Sobre esta barra ambulante de vino artesano que creamos quiero decir que es una idea compost. Ya hay vino, ya hay bares, lo que tenemos que hacer es provocar el encuentro entre unos y otros con el objetivo de promover la cultura del vino por copa, de compartir ideas y debates entorno suyo, de pasar el mejor momento de calidad.
Para mi el mejor resumen lo hace Vincent Pousson, escritor, espíritu inquieto y sin pelos en la lengua and so french that’s lovely! Me parece además que lo mejor no es que uno hable bien de uno, que a veces es tan difícil. Pero más difícil aún es conquistar espíritus tan exigentes.
He aquí lo que es y quiere seguir siendo nuestro Bar à vin, barra ambulante de vino artesano:
Des crus artisans, ce qui n’est pas si courant en Espagne où l’industriel règne en maître, le plaisir de boire et de partager (ce qui est rarissime en Catalogne…) et, une première à Barcelone, l’immense plaisir de voir une terrasse pleine de buveurs de vin! Aidons cette association pour que le jus de la treille supplante la bière dans la capitale des Chti’s d’Espagne!
Et, dans ce pays où l’on ne boit (presque) plus de vin, ce sont des jeunes qui étaient là pour faire la fête autour des bouteilles. Bravo!
Muchas gracias a todos por el apoyo, por creer en nosotros aunque sea para estar unos minutos del domingo apartados de la familia y las cosas típicas del domingo, como andar en pantuflas, leer el periódico, no salir de casa y armarse el mismo plan pero viendo una peli!
Gracias a los productores que nos apoyan especialmente, con sentido de negocio, como Todd Bolmberg y claro Fredi. Gracias a Jordi Sanfeliu y a Samuel Cano que hace tanto tiempo que nos empujan mientras nosotros dudábamos. Gracias a todos por estar junto con nosotros botando esta nave, recordando esta vieja y clásica máxima de que navegare necesse, vivere non necesse.
vinoartesano.com
Fuente: Observatorio de vino
¡Muchas gracias!