Llevaba un tiempo queriendo hacer un naked cake o pastel desnudo y que mejor ocasión, que la Primera Comunión de Cristina para estrenarme.
Ha sido el primero, pero os aseguro que no será el último, porque el resultado me ha encantado y tengo muchas ideas para los próximos.
Un naked cake más sencillo imposible: bizcochos de vainilla y relleno de nata montada. Todo en su justa medida para que tanta nata no resultara empalagosa. Por cada medio litro de nata líquida, añadí 80 gr. de azúcar glas.
Almíbar también de vainilla para mojar el bizcocho y un par de capas con frambuesas en su interior. Como adorno rosas frescas, hojas de bambú, frambuesas y unas moras enormes.
Una, en este caso, varias imágenes, valen más que mil palabras. Así que os dejo las fotos de la tarta de la Primera Comunión de mi princesa.
¡¡¡Muchas Felicidades Cristina!!!