Una vez terminadas las fiestas de navidad, y después de habernos atiborrado de comidas y cenas pesadas, de comer turrones, mantecados y otros dulces típicos y no tan típicos de estas fiestas, ha llegado la hora de empezar a cuidarnos. Supongo que este es uno de los propósitos que gran parte de nosotros decide empezar a hacer en cuanto empieza un nuevo año, y aunque va pasando el año y no siempre lo llevamos a raja tabla, la intención es lo que cuenta. :)
Por eso hoy vengo con una receta sencilla, deliciosa y además con pocas calorías, cosa que nos ayudará a levantar nuestro ánimo a la hora de comernos una, y de hacer más amena este gran y a veces pesado propósito de cuidarnos.
Pero como no me quiero enrollar en temas que no vienen al caso ( ya que así me evito cabrearme), lo que sí esta claro es que de vez en cuando un caprichito dulce no hace daño a nadie, y si es bajo en calorías y hecho en casa, entonces que me quiten lo bailao! ;D
Venga, que sé que lo estáis deseando, os dejo con la receta :)
- 4 yemas de huevo- 500 ml de leche desnatada
- 60 gr de azúcar moreno
- 10 gr de maicena
- 1 vaina de vainilla
- canela para espolvorear ( opcional)
Calentamos en un cazo la leche con la vaina de vainilla, la abrimos por la mitad para que suelte las semillas, que son la verdadera esencia de la vaina y lo que le da su sabor. En un bol aparte echamos las yemas de huevo y el azúcar y las batimos para que el azúcar se mezcle bien con el huevo.
Agregamos la maicena a la mezcla de los huevos y el azúcar y volvemos a batir para que la maicena se integre con el resto de los ingredientes.
Cuando veamos que la leche empieza a hervir, la retiramos del fuego y echamos un poco de la leche en el bol de las yemas, poco a poco, con cuidado de que no se nos cuajen . El resto de la leche la colamos para que no queden restos de las pepitas de la vaina y la vertemos en otro recipiente, ya que después la volveremos a echar de nuevo en el cazo.
Vertemos la mezcla de las natillas en los recipientes que hayamos escogido para este postre, copas, vasos, cazuelas, etc y lo dejaremos enfriar.
Una vez esté frio, le podemos echar un poco de canela por encima, una galleta maría, lo que más nos guste.
Y así podemos degustar unas deliciosas natillas de vainilla con pocas calorías, sin perder la cabeza por pensar que no hacemos bien al comerlas y disfrutando de su sabor! ;)
La receta original la podéis ver aquí .
Espero que os hayan gustado estas natillas y que disfrutéis de ellas tanto como voy a hacer yo! ;D
Que tengáis una feliz semana!
Un beso!